28 jul. 2025

La Escritura, camino de fe

Hoy meditamos el evangelio según san Juan 5,31-47

Nos encontramos al final del largo discurso de Jesús del capítulo 5 del evangelio de san Juan. Con ocasión de un milagro hecho un sábado, se ha iniciado un juicio y se ha emitido un veredicto de que Jesús debe morir. Jesús se defiende explicando que su actividad vivificadora proviene de su dependencia del Padre, que sigue actuando a través de él.

En los juicios de Israel no bastaba con que el acusado demostrara la veracidad de ciertos hechos, sino que había que aportar testigos de confianza. Así, Jesús presenta como testigos primero a Juan el Bautista, que “ha dado testimonio de la verdad”, luego las mismas obras que él hacía y al final al Padre.

Pero los interlocutores de Jesús son incapaces de aceptar a estos testigos y eso lleva a una inversión de roles en el juicio, de manera que los acusadores se convierten en acusados: “hay quien os acusa: Moisés”.

Los judíos creen que tienen vida a partir de su tradición y de la reflexión sobre la Escritura, están convencidos que la palabra de Dios habita en ellos, pero su rechazo de Jesús hace que esa creencia sea presuntuosa. En efecto Jesús es la voz y el rostro de Dios, pero ellos no lo escuchan ni lo ven como tal.

El discurso se acaba con una de las muchas preguntas abiertas de Jesús a lo largo del Evangelio: “¿cómo vais a creer en mis palabras?”. Una pregunta que nos afecta a todos: ¿cómo podemos creer en las palabras de Jesús? Primero pidiendo a Dios una fe sólida y profunda en su Hijo. Y luego siguiendo el consejo del mismo Jesús: “Examinad las Escrituras: ellas son las que dan testimonio de mí”.

El empeño en estudiar la Escritura y el esfuerzo de conocer un poco más el contexto religioso de los Evangelios a la luz del Antiguo Testamento harán más fuerte nuestra fe y darán nueva luz a toda nuestra vida de hijos de Dios.

(frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/gospel/evangelio-feria-v-cuarta-semana-cuaresma/)