Por Patricia Lima
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Cuando Maleni Rodríguez, de 15 años, comenzó las clases en su nuevo colegio, ninguno de sus compañeros se percató de que estaban frente a una guerrera. Debajo de su espontaneidad y alegría, detrás de los miedos y las confusiones propios de la adolescencia, dentro de su organismo apaleado por las fuertes drogas, esta jovencita estaba venciéndole la guerra a la leucemia. Pero ninguno de sus nuevos amigos se percató. Hasta que ella resolvió contárselo.
Un rebelde peinado negro ya había cubierto la cabeza que ella decidió rapar cuando el cabello comenzó a caérsele a consecuencia de la quimioterapia. Su cuerpo había recuperado una apariencia vigorosa. Pero la insoluble crudeza de la enfermedad y el endeble sistema de salud que esta niña conoció durante sus 18 meses en el hospital no han podido borrársele de la mirada. ”Uno tiene que estar allí para entenderlo”, comparte.
sangre vital. De todas las experiencias, la que más le dolió fue ver morir a una niñita de dos años, para la que no fue posible conseguir suficientes donantes de sangre. El cáncer de la pequeñita había derivado en varias complicaciones y precisaba varias transfusiones por día. No aguantó.
“Lo que yo quiero que la gente sepa es que la leucemia se cura y que la donación voluntaria de sangre es vital para nuestro tratamiento”, afirmó la joven, con decidida claridad.
Lo más difícil de conseguir para los pacientes son las plaquetas, uno de los tres principales componentes de la sangre. En su caso, para juntar el volumen necesario para cada transfusión se necesitan seis donantes. Ella tuvo la suerte de conseguir gente amiga que acudió como voluntaria. Pero para la mayoría de los niños y adultos con la enfermedad, conseguir donantes es una agonía.
Por ejemplo, en el Hospital General Pediátrico de Reducto (San Lorenzo) hay un promedio de 30 niños en tratamiento de leucemia. La mayoría proviene del interior y para sus padres es difícil conseguir donantes, pues tienen pocos conocidos en el área metropolitana, explica la transfusionista Blanca Acosta. En algunos casos de cáncer en la sangre, el paciente precisa entre 60 y 70 transfusiones durante los meses que dura su tratamiento. Y para cada transfusión necesita a veces tres volúmenes, o sea, tres donantes. “La demanda es altísima y nosotros estamos totalmente desabastecidos”, dice.
La falta de donantes voluntarios es grave. Poquísimas personas se acercan hasta este servicio ubicado en Reducto, al costado del Cuartel de la Victoria. Necesitan al menos 1.000 unidades de sangre por año, pero en el 2006 colectaron solo 450. Existe un pequeño grupo de 35 personas que acuden regularmente, pero es insuficiente. Para cubrir la demanda deberían ser diez veces más.
En el Centro Materno Infantil, donde Maleni sigue su tratamiento, la situación no es distinta. Ella recuerda la vez que necesitó una trasfusión: A consecuencia de la leucemia, comenzó con una hemorragia nasal que no paraba con nada. A la medianoche le hicieron la primera transfusión de glóbulos rojos para controlar la anemia, pero seguía sangrando. Estaba fría y pálida. “Yo le hablaba y le acariciaba el brazo pidiéndole que no se durmiera”, recuerda Roberta, su mamá. Recién a las 4 de la mañana, consiguieron las plaquetas para una segunda transfusión. A los cinco minutos paró de sangrar. “Donando sangre se salvan vidas”, concluye en una frase que es un exhorto.
¿Quiénes pueden donar sangre?
Los hombres pueden donar medio litro de sangre cada tres meses y las mujeres, cada cuatro meses. No produce ningún efecto secundario. Solo se precisa ser mayor de 18 años, pesar más de 55 kilos y no haber estado infectado con hepatitis B o C, chagas, sida ni sífilis. Es preferible que se trate de personas que no consuman drogas intravenosas ni hayan mantenido relaciones sexuales sin protección.
¿Dónde recurrir?
No es necesario que algún conocido te pida una donación. Siempre existe necesidad. La mayoría de los hospitales y sanatorios privados cuentan con bancos de sangre donde se realiza la extracción y reciben gustosos a los voluntarios. El procedimiento demora aproximadamente 40 minutos. Es totalmente gratuito y confidencial.
¿Se debe estar
en ayunas?
No es necesario recurrir en ayunas. Por el contrario, se recomienda haber desayunado y tomado suficientes líquidos.
¿Existe alguna contraindicación?
La donación no implica ningún riesgo, todo el material utilizado es estéril y descartable, por lo cual es imposible contagiarse con sida u otras enfermedades. No produce efectos secundarios ni engorda.
30.000 son suficientes
Con solo 30.000 personas voluntarias que acepten donar su sangre tres veces al año es posible cubrir toda la demanda de este tejido en todo el país. Es el cálculo que realizó la doctora Sonia Gini, del Programa Nacional de Sangre, y lo que se apunta lograr con campañas de sensibilización.
Actualmente, solo el 10% de los donantes son voluntarios. El resto constituyen familiares o amigos de los pacientes, que recurren ante un pedido concreto. Se sabe también que existen personas que cobran por donar sangre (lo que está prohibido por ley).
El nuevo proyecto apunta a promocionar la donación voluntaria y centralizar el servicio para mejorar su calidad. En lugar de los actuales 43 bancos de sangre distribuidos en todo el país, se proyecta construir un único centro productor de los hemocomponentes y 4 centros regionales en Coronel Oviedo, Encarnación, Ciudad del Este y Concepción.