Los últimos indicadores financieros presentados por el Banco Central del Paraguay (BCP) muestran que la deuda ganadera pasó de USD 1.497 millones a USD 1.627 millones en un año. Su incidencia en los créditos totales como actividad primaria está por debajo de la agricultura, que adeuda más de USD 2.000 millones, pero cuyo incremento fue de solo 1,86% respecto a marzo del 2022.
La mayoría de los préstamos fueron obtenidos en moneda extranjera, donde la actividad pecuaria participa con USD 712 millones y la agricultura con USD 1.919 millones.
Lejos de atribuirle el abultamiento de la deuda a una mayor inversión en la producción de bovinos, el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, manifestó que se recurrió al sistema bancario para la supervivencia del negocio. “Venimos de problemas derivados de la sequía, que obligó a las personas endeudadas a renegociar y a aquellos que no tenían deudas a tomarlas para poder salir de esta situación”, expresó.
El dirigente comentó que el problema empeoró con el aumento del interés, teniendo en cuenta que la tasa de política monetaria se encuentra actualmente en 8,5% anual, luego de tener un piso de 0,75% durante la pandemia.
En ese sentido, Galli habló de la falta de productos financieros adecuados al negocio de la ganadería, que demanda mucha inversión y “tiene baja rentabilidad”, dijo el representante del gremio, al quejarse simultáneamente de los bajos precios que recibe el sector por la venta de animales.
Las necesidades varían de acuerdo con la especialización de cada productor, el engorde y terminación conllevan tiempo y podrían cubrirse con créditos, cuyas tasas oscilen entre 6 y 8%, a dos años de plazo; en cambio la cría, que consiste en un proceso más prolongado, debería contemplar un periodo de gracia con las mismas tasas, según reflexionó Galli.
Sin embargo, actualmente las tasas de interés llegan hasta 14%, lo que significó una gran limitación para las inversiones y el incremento de las deudas de los ganaderos.
Quienes realizan la terminación en confinamientos están sujetos al precio de la carne y de los granos, donde se observa un comportamiento desproporcional con un valor de venta bajo y altos costos de producción, entonces también hay menos productores que eligen este sistema.
Morosidad. La ganadería es la segunda actividad con menos morosidad en los bancos, solo le supera el sector de agribusiness. En este sentido, mostró al cierre de marzo un atraso del 1,94% sobre la cartera total, un leve incremento interanual. La morosidad de la agricultura es de 2,57%, pero es el comercio al por menor el sector con más mora en el pago de sus préstamos.
Mercados. La ARP se reunió con el presidente electo, Santiago Peña, para conversar acerca de las acciones que llevará adelante el próximo Gobierno. El camino que se tomará no incluye lazos diplomáticos con China, pero sí acciones que ayuden a compensar la ausencia del gigante asiático como comprador de carne paraguaya. El próximo destino a abrir es Japón.