La semana comenzó con el anuncio de la caída de la sede, Argentina, para la Copa América, después de la desafección colombiana, y siguió ayer con la decisión de llevar el torneo a un solo país: Brasil. Por ahora, el gigante de Sudamérica albergará el torneo, pero la resistencia al mismo está instalada también allí.
La Conmebol hizo oficial el cambio luego de casi un día de incertidumbre acerca de dónde tendrá lugar la competencia que debe comenzar, en principio, el 13 de junio. “La decisión fue adoptada este lunes, luego de la aprobación del Gobierno brasileño al pedido formulado por la Confederación Brasileña de Fútbol”, informó Conmebol en una nota dada a conocer luego de que su presidente, Alejandro Domínguez, diera aviso de la elección en su cuenta de Twitter: “¡La Copa América será en Brasil! Quiero agradecer muy especialmente al presidente Jair Bolsonaro y a su gabinete por recibir al torneo de selecciones más antiguo del mundo”, escribió.
Según la Conmebol, la decisión tiene el aval de diferentes ministerios brasileños: la Casa Civil, el de Salud, de Relaciones Exteriores y de la Secretaría Nacional de Deportes.
“El Gobierno de Brasil demostró agilidad y capacidad de decisión en un momento fundamental para el fútbol sudamericano”, aseguró Domínguez. Se refirió además a la situación social brasileña, país que vive, según él, “un momento de estabilidad, tiene comprobada infraestructura y experiencia acumulada y reciente para organizar una competición de esta magnitud”, afirmó.
No está todo dicho. Sin embargo, el propio jefe de Gabinete del Gobierno brasileño, Luiz Eduardo Ramos, dijo que aun no está decidido que sea Brasil el país que albergue la competencia, pues aún está en proceso de negociación dicha posibilidad, según declaró a la prensa local.
Además, por lo menos dos posibles estados sedes, Amazonas y Pernambuco, manifestaron oficialmente sus reticencias para recibir los partidos, en especial este último que, mediante nota oficial, aseguró que “el actual escenario epidemiológico no permite la realización de un evento del porte de la Copa América”. La decisión final podría darse hoy.
13
de junio arranca el torneo, con el partido entre Argentina y Chile. Culmina el 10 de julio con la final.
5
ciudades sedes posibles se manejan por ahora: São Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Recife y Natal.
10
millones de dólares recibirá el campeón, 2,5 millones más que la última edición disputada en 2019.
Torneo de muerte
“Sindicato de negacionistas: Gobierno, Conmebol y CBF. Las ofertas de vacunas se llenaron de moho en los cajones, pero el OK al torneo fue ágil. Escarnio”, escribió en Twitter el senador brasileño Renan Calheiros. El relator de la Comisión Parlamentaria de Investigación que analiza omisiones del Estado en pandemia, calificó el torneo como “campeonato de muerte”.
Los números
Ayer se reportaron 43.250 nuevos casos de Covid-19 en Brasil. El promedio de infecciones en los últimos siete días es de 61.950 personas. Hasta ahora hubo 16,5 millones de infectados, de los cuales 462 mil fallecieron y se recuperaron 14,5 millones. San Pablo, Minas Gerais, Paraná, Río Grande do Sul y Bahía son los estados más afectados por la enfermedad.
Una voz a favor
El vicepresidente del Brasil, Hamilton Mourao, fue una de las pocas voces locales que salieron a defender el lunes la organización de la Copa América en su país, pues consideró que Brasil presenta “menos riesgos” que Argentina por la inmensidad del territorio y el elevado número de estadios, lo que le permitiría a la CBF “repartir” los partidos.
Demanda en Corte
El diputado federal Júlio Delgado anunció que presentará una demanda en la Corte en contra de Bolsonaro. “Los números de la pandemia y la prohibición de eventos no permiten (a Bolsonaro) que una Copa de esta importancia, con 10 selecciones de 10 países donde no sabemos cómo es el control de la pandemia, se realice aquí solo por un tema financiero”.
Ingreso prohibido
Al mismo tiempo que Brasil recibió la designación de organizar el torneo, el Gobierno hizo caso a la recomendación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de no dejar entrar al país a ciudadanos de “cualquier nacionalidad”, según un boletín firmado por los ministros Marcelo Queiroga (Salud), Luiz Ramos (Casa Civil) y Anderson Torres (Justicia y Seguridad Pública).