30 jun. 2025

La chica que crece

"¡Corré, Víctor!”. Esta fue la frase que llevó a Lali González (27) a la pantalla grande y a lograr el reconocimiento a nivel nacional e internacional. Dos años después del boom, Lali habla con Vida sobre lo que vino después de 7 Cajas.

“Mirá, esto es lo que hace que los que trabajamos por el cine nacional sintamos orgullo”, dice Lali sentada bajo la sombra de un árbol en el ex Seminario Metropolitano y muestra la pantalla de su teléfono donde se ve una foto con tres afiches. Corresponden a las películas El hijo buscado, Luna de cigarras y 7 Cajas, las tres en carteleras del cine argentino, las tres donde ella participa. Los números de la actriz, luego del estreno de la ópera prima de Maneglia-Schémbori, recogen los frutos de su papel: siete películas estrenadas y a estrenarse, tanto en Paraguay como en el extranjero. Cifras que cimentan aún más esa pasión que la mueve cada día: la actuación.
Exterior
En el Festival de Cine de Mar del Plata, donde estuvo por segunda vez, Lali asistió al estreno de El hijo buscado. La película argentina toma como tema un drama muy presente en la zona de las tres fronteras que conforman Paraguay, Argentina y Brasil. En el filme, la actriz personifica a la amiga de la protagonista, que está embarazada. Es una prostituta paraguaya que vive en Encarnación y forma parte del negocio turbio. El director la había invitado para formar parte del elenco, pues es fanático de 7 Cajas, según cuenta. Su otro papel en el exterior es en la película colombiana Fábula de una conspiración, a estrenarse el próximo año.
—¿Cómo fue tu participación en Fábula de una conspiración?
—Esa la grabé en 2013 y ahora está en la etapa de posproducción. Estuve un mes viviendo en las afueras de Cali. Es una película con tintes de terror, suspenso y mucha acción. Hago de secretaria de un matón. Fue un papel muy interesante y jugado, porque representaba también trabajar el acento neutro, que no hablara como paraguaya. Como tenía un presupuesto bajo, me confirmaron el viaje un mes antes. El acento lo trabajamos en los ensayos, fue una experiencia muy linda.
—¿Cómo supo el director de vos?
—Vio 7 Cajas en el Festival de San Sebastián en el 2011, cuando ganó el premio en la categoría Cine en Construcción. Se quedó enamorado de la película. Mis compañeros de elenco y cinéfilos, que gustan mucho del cine latino, ya conocían 7 Cajas y estaban encantados de trabajar con una paraguaya y saber más de nosotros. Una película taquillera y el cine tienen justamente esa masividad de llegar a otra gente y que hace que nosotros (los actores nacionales) tengamos la oportunidad de hacer cine en otros países.
Corte
La actriz del momento -que también participa en la coprodución binacional Lectura según Justino y en la producción argentina: La otra orilla, de próximo estreno- considera que en Luna de cigarras, deja
atrás la imagen de Liz, la carretillera del mercado. Con Andrea Quattrocchi y Nathan Haase protagoniza un triangulo amoroso. “Ensayamos y cuidamos muchísimo esa escena”, cuenta. Señala que resultó un gran desafío hacer un papel diferente al anterior. Pero a su vez, interpretar roles como la prostituta en la película de Bedoya, le permite ver de una manera diferente la vida de las personas que se dedican a eso.
—¿No te dio temor que el público te viera en una faceta distinta?

—No. Al contrario. Me dio felicidad que pudieran verme en otro rol como actriz. Porque ese es mi trabajo, poder mostrar la versatilidad del actor. Es como un entrenamiento constante también convencerle al público de que uno puede contar varias historias con diferentes papeles y que sean creíbles. Es lo que sigo buscando, que el público pueda conocer los otros personajes que yo pueda llegar a trabajar.

Producción

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Una figura conocida siempre es una tentación para los canales y las radios. En 2013, programas televisivos de diferentes formatos y estilos ofrecieron a Lali ser parte de ellos. Sin embargo, la actriz rechazó las ofertas y decidió abocarse a la actuación. Pero este año decidió probar en el SNT, como presentadora de las cápsulas informativas de las películas los fines de semana. También estuvo en la 97.1, FM Latina, en el programa Ensiestate, con Raúl Daumas. Pero dejó los micrófonos por sus viajes a los festivales de cine.

—¿Qué representó para vos hacer radio?
—Me ayudó en la improvisación y la conducción. La radio te da esa espontaneidad e improvisación cuando tenés que salir al aire. Todo lo que hago lo sumo a mi carrera de actriz. El resto es por añadidura y lo utilizo como una experiencia. Más allá de los entrenamientos y talleres que tomé, considero que todas las experiencias que tenga sumarán a la visión y la investigación que tenemos los actores a la hora de trabajar.
El guión
En El Estudio (escuela de teatro de Agustín Núñez), Lali González impartió y dirigió clases para niños y adolescentes. Ellos personificaban las historias que ella escribía. La escritura la acompaña desde los seis años, cuando tuvo su propio diario personal, en el cual plasmó sus ideas, poemas y vivencias hasta los 16. Le gusta escribir historias de ficción y teatro, y cuenta que la idea general de la obra Recién casados —producida por ella— la esribió en una noche y se la llevó al director Hugo Luis Robles para que la guionara. “Tengo muchas guardadas para que el día de mañana pueda utilizarlas”, confiesa, al tiempo de decir que le gustaría tomar talleres de creación de guiones más adelante.
—¿No tenés intención de publicar un libro con tus guiones, historias, poemas?
—Todavía no. Todo junto me querés hacer publicar. Querés que diriga, que tire un libro (risas). No, por ahora mi prioridad es actuar, seguir trabajando en esto. Tengo propuestas de hacer cine en Argentina y también en Centroamérica. Ahora estoy viendo lo que pueden ser las posibilidades de ficción en Paraguay el año que viene. Soy de la teoría de que la persona no debe esperar sentada, sino que tiene que producir, crear.
Pantalla
Los medios extranjeros la llamaron la Natalie Portman paraguaya. Cuando le dijeron eso, ella dijo que prefería compararse con Meryl Streep, una de las actrices a quien admira. De la nueva generación tiene como influencias a Marion Cotillard, quien interpretó a la cantante Edith Piaf. Este papel en el filme La vie en rose le valió ser la primera francesa en ganar un Oscar. “Esa es una película que te mueve a seguir creyendo en lo que hacés y más en Paraguay”, reflexiona.
—¿Porqué te parece que sos la más conocida entre las actrices nacionales?
—Creo que Andrea (Quattrocchi) es una de las más conocidas también. Eso ocurre porque tenemos la oportunidad de estar en los medios y de trabajar con marcas o en el rubro de la moda. Está bien que eso empiece con nosotras, porque las que están y vendrán luego, tendrán el camino más despejado. Hoy, una actriz es una figura pública, lo cual no ocurría antes en Paraguay.
Los créditos
Ella es abogada; Graciela Mendoza, su madre, contadora; su padre, Leopoldo González, es ingeniero; Patricia, su hermana, sigue los pasos de su madre; y Leopoldo, su hermano, es informático. Todos son profesionales que no tienen nada que ver con lo que ella hace actualmente.
—Entonces, ¿cómo surgió tu gusto por el arte?
—Creo que todos ellos tienen algo escondido que por alguna razón o circunstancia en esta vida no lo pudieron desarrollar. Mi papá es aficionado a la música. Canta, toca instrumentos. A mi hermana y a mi mamá les encanta diseñar. Recuerdo que dibujaban muchísimo cuando yo era chica. Soy pésima dibujando. A mi hermano le gusta la música y la actuación. Creo que todos tenemos el bichito del arte, del deporte o algún tipo de pasión que hay que desarrollarla y encontrarla. Ese es el camino. Cuando uno encuentra qué es lo que realmente quiere y tiene adentro para contar, lo puede hacer en diferentes disciplinas.
Miedos
En una entrevista a un medio internacional, Lali había contado que tenía miedo de andar por la calle a causa de la inseguridad. Y que en su casa, donde vive con sus padres, trancaba todas las puertas. Se considera de repente un poco paranoica por la violencia en las calles de Asunción.
“Como vivo en un barrio de clase media, estamos muy en contacto con la inseguridad. Pero eso pasa en todos los barrios de Asunción”, aclara y cuenta que en 2006 un hombre se llevó su cartera y ella no pudo gritar del susto. “Soy miedosa en general de todo. Pero controlo mis miedos de otra manera”, señala.
—¿Controlás tus miedos cuando estás frente a la cámara o en el escenario?
—Yo creo que es el único lugar donde no tengo miedo. Es ahí donde me siento muy fuerte y segura. En el teatro encontré mi lugar. Me llevó muchos años. Empecé a estudiar a los 20. Hay quienes empiezan más temprano. Lo mío fue como una búsqueda lenta y sin apuro. Y luego decidirme a hacer solamente esto (al dejar su trabajo en el Poder Judicial) fue parte de otro proceso. Fueron varios procesos hermosos y difíciles. Como un salto de fe.
El público
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Sus grandes temores también quedan de lado cuando el público se acerca, ya sea para expresarle su admiración, pedirle autógrafos o tomarse una foto. Estos son los momentos en que los actores sienten que su trabajo es reconocido, considera. Ese cariño y los aplausos del público son una señal de que están haciendo bien su trabajo, cree ella. “No hay nada más gratificante que te impulse a seguir en esto”, dice la artista, que en su fan page de Facebook tiene más de 25.000 seguidores, y en cuenta de Twitter, @lalilalig, supera los 35.000.
—¿Cómo ves el apoyo al medio artístico en el país?
—Me toca vivir una etapa en que hay mucho más apoyo, tanto en el teatro como en el audiovisual. Creo que a la generación pasada le costó mucho más conseguir ayuda, tanto privada como pública. Hoy por hoy creo que tenemos mucho más apoyo, más privado que público me animaría a decir.
—¿Hace falta más organización en el gremio de los trabajadores del arte?
—El Centro Paraguayo de Teatro (Cepate) está trabajando muchísimo por todos los que hacemos teatro. Eso es bueno y necesario. También se está formando el grupo sindical de actores, con el que podemos buscar un beneficio como trabajadores del arte en general y para todos. Como somos un país nuevo en esto, tenemos que ser conscientes de que estamos creciendo, aprendiendo y evolucionando de a poco.
Backstage
Es imposible no hablar de 7 Cajas, la película que le abrió las puertas de la fama. Cuenta que suele reunirse con varios de sus compañeros del filme, a quienes ya conocía desde el teatro. También con Celso, quien interpretó al carretillero Víctor. La dupla aparecerá nuevamente en la película Mangoré. Debido a los viajes y los compromisos laborales, ambos se ven poco. "Él me ayudó muchísimo en el papel de Liz”, recuerda Lali.
—¿Qué fue lo que más te maravilló a ver el mercado con otros ojos?
—Los ecos que quedan entre las carpas, esa noche misteriosa que te deja el Mercado 4, donde de día ni siquiera podés caminar. Cierta magia que solamente el mercado tiene en el momento en que nadie está y es único.
—¿Qué les dijo la gente que trabaja ahí cuando volvieron luego de que la
película fuera un éxito?
—Cuando vamos con el elenco, nos reciben con aplausos, nos abrazan,hablamos con ellos. Están muy felices de formar parte de la historia cinematográfica del país.
Papel estelar
El cine ha mostrado a lo largo de su historia que muchos actores que encontraron la fama en un papel nunca más pudieron salir de él. Lali comenta que no tuvo miedo de que esto le pasara con Liz, su personaje de 7 Cajas. Antes que detenerla, el miedo la impulsa a ir adelante, sostiene. Hasta tuvo el gusto de compartir, durante el rodaje, con la carretillera que inspira el personaje.
—¿Solés hablar con la verdadera Liz?
—La verdad que estuvimos en contacto con ella hasta 2012, dos años después del rodaje. Luego le perdimos el rastro. Vivía en el mercado y ahora está en Areguá. Esperamos que algún día vuelva. A quien si le solemos ver es al Tano, el carretillero que era su pareja y fue la inspiración de Juanca para el personaje de Celso. Siempre que vamos al mercado nos lo encontramos. Sería lindo volver a ver a Liz.
—¿No le suelen preguntar al Tano por ella?
—No, porque ya no son novios.
Toma final
Como cada día, Lali inicia su jornada a las 8.00. Luego de diversas actividades, acude a sus clases de yoga al mediodía. Sus estudios de Derecho le ayudan a negociar los términos de los contratos que firma, tanto para las marcas como otros trabajos. Además, esta carrera le ayudó a estar en contacto con el guaraní y el jopara. Y confiesa que se rinde ante un plato de milanesa con puré en cualquier parte del mundo.
Y surgen más revelaciones: Estuvo a punto de ir a Brasil a estudiar Hotelería y turismo. Incluso hizo un curso de portugués. Pero siguió la carrera de leyes —a sugerencia de su madre—, cuando se frustró el plan. “Por miedo no fui. Soy muy familiera”, relata y agrega que hasta hizo un año de portugués con vistas a ese viaje.
—¿Qué tipo de lectura te gusta?
—Me gustan mucho las biografías. Ahora estoy leyendo la historia de María Callas. Esa es la literatura que me atrapa. Hace que me imagine como si fuese una película. Soy muy hiperactiva, eso hace que me quede sentada en un lugar.
—¿Qué músicas escuchas?
—De todo. Soy fanática de Los Beatles, crecí con ellos. Le gustaba mucho a mi hermano mayor y yo crecí con lo que él escuchaba. Hoy no tengo un enfoque musical.
—¿Ves televisión?
—No tanto, antes veía telenovelas mexicanas. Creo que se debía a que me quedaba con una chica que trabajaba en casa. Veíamos todas las novelas habidas y por haber. Las dos partes de Rostros sagrados son parodias de telenovelas mexicanas.
—¿Alguna vez te pidieron apoyar a algún político? ¿Lo harías?
—No lo hicieron y no estoy interesada en eso. Por una cuestión personal, no lo haría. Tampoco estoy en contra de los que lo hacen.
—¿Cómo definís el momento que estás viviendo?

—La voy remando de la manera más hermosa.

Texto: Carlos Elbo Morales

Fotos: Javier Valdez.

Su cine

Lali comenta que le gusta ver mucho cine latinoamericano, con especial énfasis en las producciones brasileñas, argentinas y mexicanas. En la cartelera comercial, gusta de los dramas. “Creo que en el fondo soy dramática, por más que suela hacer papeles con tintes cómicos”, indica.
Es necesario, considera, que los paraguayos consuma el cine nacional, no tanto por apoyarlo sino para seguir formándose en lo que es el crecimiento audiovisual. “Le guste o no al público, tiene una
responsabilidad de cultivarse y formarse como público crítico”, menciona y añade que en los canales de aire le gustaría ver cine nacional. Sobre todo en un buen horario, no en uno perdido en horas de la madrugada.
—¿Qué películas del cine nacional viste?
—Casi todas. Tengo muchísimas ganas de ver Latas vacías. También me encantaría que los filmes tengan una oportunidad, que los cines apuesten a esas películas que tuvieron mucha repercusión y las vean los que no pudimos hacerlo. Me parecen interesantes porque son todas muy diferentes. Enriquece cuando todas las películas de un mercado pequeño como el nuestro son diferentes. Eso es lo hermoso de poder mostrar. Incluso participé en la muestra de cine paraguayo en San Pablo (Brasil),
donde se proyectaron todas. Sería bueno que acá se hiciera también.

Love story
Hace cuatro años que Lali González está en pareja con Walter Riveros, productor discográfico. Ambos llevan adelante una productora de eventos artísticos, ayudándose en sus respectivos trabajos. En su fan page, Lali recibe hasta declaraciones de amor de parte de algunos seguidores. Ella cuenta que su novio lo toma bien y hasta el momento no hubo problemas entre ellos por esto. Y comenta que él está feliz con ella, acompañándola en su éxito. “Uno busca eso en una pareja, que comparta sus buenos momentos y la apoye a seguir creciendo”, declara.

¿Hay planes de boda o de ser madre? Para esas decisiones no hay fecha, aclara. “Simplemente si surge, ocurrirá en cualquier momento de la carrera de una persona. No soy de las que creen en la fecha o de poner un límite o periodo. Simplemente creo en lo que llega, es como algo mágico y como una conexión de la pareja”, manifiesta.

Por qué Lali

El nombre verdadero de la actriz es Graciela Belén González Mendoza, nacida el 27 de diciembre de 1986. El sobrenombre de Lali se lo puso ella misma, según cuenta. “Yo quería que me dijeran Lali, un día amanecí con ganas de cambiarme el nombre. Y me dicen así desde la adolescencia, cuando estaba en el colegio”, dice la actriz, que entre sus anhelos está el de vivir de su trabajo en cualquier parte del mundo. Y confiesa que está en sus planes ir a formarse afuera.

Vestuario

Desde el jueves pasado, la firma Ocre comercializa en sus tiendas los quimonos Amor de verano. Estas prendas de edición limitada fueron creadas por la diseñadora Rocío Achucarro, dueña de la marca, y Lali González. La artista, que ha sido rostro para varias marcas, confiesa que no está al pendiente de las tendencias de la moda, pero su trabajo la conecta con este mundo. De esta manera se dio la fusión de ideas entre ambas, lo que dio nacimiento a estas prendas.
—¿Hace cuanto que estás con este proyecto?

—Como nuestra amistad (entre la diseñadora y la actriz) nos une desde hace tiempo, decidimos probar este proyecto, que no es muy ambicioso.Hace como un mes lo veníamos trabajando. La idea era unirnos y poder explorar otras facetas del arte, porque finalmente estamos todos unidos de alguna manera.