González, como presidente de la ANDE en el periodo 2004-2008, participó de las conversaciones con las autoridades brasileñas de Itaipú y Eletrobras para llegar a un entendimiento sobre la utilización de la energía adicional a la garantizada (excedentes), acuerdo que finalmente se firmó en el 2007. El presidente de la República era Nicanor Duarte Frutos.
El ex titular de la estatal, quien además era técnico de carrera, explicó que en el 2002 se decidió poner un valor a los excedentes (6 dólares el megavatio hora), cuando el jefe de Estado era Luis González Macchi y el mandamás de la ANDE era Ángel Recalde. También se acordó que la empresa paraguaya iba a tener preferencias en su uso.
Destacó que el pacto fue sumamente importante, porque le permitía a la compañía superar el mal momento financiero, ya que se encontraba en quiebra técnica. El balance del 2002 arrojó G. 850.000 millones negativos, indicó. Añadió que la única solución, en aquel momento, era abaratar donde más convenía, donde más se gastaba y se trataba de la compra de potencia y energía de Itaipú.
“Para el 2003 conseguimos como una excepción (los excedentes) y posteriormente seguimos trabajando. A mí ya me cupo desde el 2004 ser presidente y en el 2006 se terminan de montar las dos turbinas adicionales de Itaipú. El acuerdo del 2007 significó formalizar lo que nosotros veníamos contratando, pero ya con un compromiso firme de Eletrobras e Itaipú en cuanto a ese esquema de operación. Y ese esquema de operación le permitió ahorrar al Paraguay, desde el 2003 al 2018, alrededor de USD 2.800 millones”, remarcó.
Efectivamente, la ANDE sacó precios muy favorables en Itaipú desde el 2003, al lograr un mejor mix final con la energía adicional (ver infografías).
¿POR QUÉ ACEPTARON?
Consultado sobre por qué Eletrobras accedió a darle a la ANDE las ventajas sobre el excedente más barato y el acceso a una parte de la potencia ya contratada por los brasileños, González comentó que se debió a que el país vecino pidió que entren a comercializar dos turbinas más en la central. Es decir, pasaban de 16 máquinas a 18, y a Brasil le convenía aumentar la generación de Itaipú. Entonces, Paraguay acepta la entrada en funcionamiento de las turbinas, pero a cambio propuso ese trato, destacó.
“Afortunadamente el acta bilateral del 24 mayo ya no está vigente. Perjudicaba la comodidad que tenía la ANDE y le daba potestad a los directores de Itaipú para bajar el nivel del embalse, entre otras cosas. Esos puntos nosotros nunca pusimos sobre la mesa, porque hace a la esencia misma de la soberanía. Ese documento no traía ninguna ventaja. Pero debemos reconocer que la ANDE tiene que aumentar el valor de la potencia a contratar, pero debe ser ella la que determine cuánto va a contratar para garantizar su operatividad”, expresó.
Remarcó que el acuerdo del 2007 tiene vigencia hasta el 2023 y, si bien hay aspectos que se pueden flexibilizar, el lado paraguayo debería ceñirse sobre este acuerdo para entablar las conversaciones.