“Estamos saliendo en avión hacia Minsk. Estaremos allí en unas horas”, dijo a la agencia rusa Interfax el negociador jefe de los separatistas de la autoproclamada república popular de Donetks, Denis Pushilin.
Junto con Pushilin viaja Vladislav Deinego, representante de la autoproclamada república popular de Lugansk, la segunda entidad separatista creada por los prorrusos en el este de Ucrania.
La reanudación de las negociaciones entre Kiev y los prorrusos en el marco del Grupo de Contacto integrado por Ucrania, Rusia y la OSCE, se produce en medio del recrudecimiento de las acciones militares tras la ofensiva lanzada por los separatistas la semana pasada.
Los combates más intensos tienen lugar en la zona de la ciudad de Debáltsevo, donde los separatistas aseguran haber cercado una importante agrupación ucraniana, extremo que niega el mando militar de Kiev.
Según el Estado Mayor del Ejército ucraniano, junto a Debáltsevo, importante nudo ferroviario y punto estratégico por el que pasa la carretera que une las ciudades de Donetsk y Lugansk -ambas controladas por los separatistas- la milicias prorrusas han concentrado alrededor de 2.500 combatientes.
La caída de Debáltsevo en manos de las milicias les permitiría unir fuerzas y conformar una línea de frente continua, con lo que de hecho conseguirían retrotraer la situación a la de mediados del año pasado, cuando comenzaba el conflicto en el este de Ucrania.
Según el mando de los separatistas, las tropas ucranianas ya han comenzado a replegarse con grandes bajas de sus posiciones junto a Debáltsevo.
Desde su estallido, en abril del año pasado, el conflicto armado en el este ucraniano se ha cobrado más de 5.000 muertos y ha provocado el éxodo de cientos de miles de refugiados.
