Luego de quedar expuesto al escrache nacional por intentar frenar la extradición al Brasil del capo mafioso de la frontera Jarvis Chimenes Pavão, y de que se le haya abierto un proceso en su contra, el magistrado de San Estanislao, Crescencio Ocampos Cano, presentó el día de ayer su renuncia al cargo ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La nota fue presentada el pasado 28 de diciembre, a las 15.10, según consta en mesa de entrada de la Corte, y está dirigida al ministro Luis María Benítez Riera, presidente de la CSJ. El juez Ocampos menciona que su renuncia es indeclinable al cargo de juez de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Laboral del Segundo Turno de San Estanislao, Departamento de San Pedro.
Fuentes judiciales mencionaron que la renuncia no afecta el proceso de auditoría sobre las diligencias que realizó su Juzgado para beneficiar a Pavão, y mucho menos influye en el proceso penal abierto en su contra, donde está imputado por el hecho de prevaricato.
La Secretaría General del Poder Judicial deberá elevar al pleno el estudio de este escrito, y es en esa instancia que se decidirá si corresponde o no la aceptación de la renuncia.
Por otra parte, también siguen su trámite normal la auditoria, el sumario y demás investigaciones internas de la Corte Suprema de Justicia y en otros ámbitos.
La causa abierta por el Ministerio Público contra el magistrado santaniano por el hecho de prevaricato es llevada por el fiscal Luis Piñánez, quien había explicado que el hábeas corpus para evitar la extradición de Jarvis supuestamente violó las reglas del derecho, ya que el capo mafioso ya tenía que estar bajo la custodia de las autoridades policiales brasileñas.
RECHAZO. El gremio de jueces también demostró un ferviente rechazo hacia la acción de Crescencio Ocampos, por lo que la Asociación de Jueces del Paraguay tomó ayer la determinación de suspenderlo provisoriamente en su calidad de socio, según la resolución firmada por el presidente Delio Vera Navarro.
La suspensión se basa en el estatuto del gremio, que prevé el sometimiento a un Tribunal de Conducta en casos que puedan empañar la imagen de la judicatura paraguaya con acciones que se apartan de la integridad y la honorabilidad que debe guardar un magistrado.
De esta forma, el magistrado Crescencio Ocampos Cano ya tiene abiertos dos sumarios en su contra, ya que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) anunció un juicio, de oficio, por el mismo caso.