En las últimas semanas, los importadores han llevado adelante protestas y otras medidas de fuerza para que se autorice la importación de ciertos productos frutihortícolas.
Esta semana se sumó otro episodio. El importador Juan Isidro Cáceres promovió un amparo contra el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal (Senave), que es la institución que emite las Acreditaciones Fitosanitarias de Importación (Afidis), que es el documento fundamental para traer productos frutihortícolas del extranjero.
La acción fue rechazada el pasado 7 de noviembre, bajo los argumentos de que el importador no había agotado todas las instancias antes de llegar a esto. Otro motivo, según consta en el documento firmado por el juez penal Gustavo Amarilla, fue que el Afidis se emite de acuerdo a criterios técnicos y científicos, algo que escapa de la idoneidad y capacidad de un juez.
El principal argumento para sostener el pedido del importador fue que hay un desabastecimiento de papas y cebollas, así como otros cultivos, a raíz de las dificultades climáticas. Este desabastecimiento derivó en el encarecimiento de dichos productos, según se señala en el documento.
Situación. Los importadores están recurriendo a todas las instancias que están a su alcance, porque la situación es insostenible, manifestó por su parte Margarita Valderrama, de la Asociación de Importadores y Comerciantes del Mercado de Abasto.
Dijo que el tomate es uno de los productos cuyo precio se incrementó. La caja de 20 kilos se comercializa a G. 160.000, señaló.
Anteriormente, cuando se sobrepasaba el límite de G. 120.000 por caja, se emitían una serie de Afidis para regular el precio, algo que no está ocurriendo con esta administración, recordó Valderrama. No se emiten permisos para importar tomate, papa ni cebolla actualmente.
