En un reciente foro de empleo juvenil, la empresaria especificó que de acuerdo con una muestra a la que accedieron, y que abarca solamente Asunción y departamento central, los jóvenes emprendedores no pueden capitalizar ni reinvertir en sus microempresas, porque no existe un producto financiero que contemple la aceptación de inyectar recursos a este segmento.
“Con un nivel promedio de ganancias de G. 30 millones a G. 50 millones anuales, como se tiene entre los que apostaron por un emprendimiento, es difícil que el sistema financiero pueda brindarles créditos para comprar nuevos hornos o implementos en sus iniciativas; la mayoría pide una facturación superior a los G. 100 millones”, reclamó.
También citó que hay contactos con la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y el Banco Nacional de Fomento (BNF) para revertir esta triste realidad en el ámbito de quienes buscan salir adelante mediante un negocio formal.
La representante precisó que se tiene un panorama un poco más cercano a la realidad de las estadísticas solo en capital y central, y que de acuerdo con una encuesta realizada a más de cien emprendedores jóvenes, se evidencia que solo el 17% de los mismos indicaron que se prepararon y estudiaron para crear una empresa, mientras que el resto lo hizo de manera empírica.
Dentro del ámbito de las mipymes en ese marco referencial, apuntó que las microempresas representan el 90% del total de encuestados; es decir, que la amplia mayoría de estas unidades económicas está compuesta por una o dos personas. En el país, según recordó, las Mipymes ocupan un 94% del modelo de negocios, y el resto está concentrado en grandes empresas.
En el espectro de los emprendimientos que los jóvenes iniciaron, el 15% de los mismos fueron iniciados hace 6 meses, con lo que necesitan incentivos en recursos financieros para no llegar a las etapas de crisis, que podrían dar pie a los cierres tempraneros, de acuerdo con el análisis de Imlach.
gastronomía. Otro dato aportado por la emprendedora es que el 65% de las firmas constituidas formalmente, y que son sostenidas por jóvenes, se dedica al rubro gastronómico, que lidera la preferencia; mientras que dentro de este porcentaje un poco más de la mitad es liderado por mujeres.
Aún sin contar con cifras o porcentajes puntuales, Imlach arriesga a pensar que la cantidad de micro, pequeñas y medianas empresas existentes en Asunción y Central estaría en el orden del 40% de todas las que desarrollan la actividad dentro de este segmento en el país.
“El emprendurismo juvenil es una excelente herramienta para erradicar la pobreza, hay maneras de capacitarse e instituciones que asisten en ese sentido, pero a veces los que se inician quedan muy desamparados, por la falta de capital semilla”, expresó la entrevistada.
De acuerdo con sus expresiones, el emprendedor debe estar capacitado y contar con un buen plan de negocio, para que en el camino no deba verse obligado a cerrar. Además, abogó para que exista mayor formalización, “que no solo significa tener el RUC y seguir camino”. Hay muchas normativas, como las del INTN y otros entes, que deben ser contempladas, según dijo.
Finalmente, argumentó que es muy buena la Ley que regula el empleo parcial, porque una microempresa a veces puede contratar por ciertas horas nada más y eso facilita sus procesos.