20 dic. 2025

Jóvenes consumen de forma más precoz drogas chatarra

Crack, flúor y aerosoles son las nuevas sustancias utilizadas por consumidores juveniles. La Policía registra el inicio del uso de las mismas desde los 9 años de edad y pide a los padres extremar controles.

que es el crack

Crack, Paco o Chespi. Como sea que las llamen, las drogas denominadas chatarra empiezan a pegar fuerte entre los jóvenes de nuestro país, muchos de los cuales se inician en la adicción con este tipo de sustancias que son altamente dañinas.

Datos de la Policía Nacional revelan que cada vez son más los jóvenes que experimentan con las nuevas drogas, como es el caso del crack, llamado también paco o chespi, que se consiguen a bajo costo.

El flúor que se extrae del polvo de la lámpara fluorescente es otra de las sustancias que se utilizan para aspirar, al igual que los aerosoles usados para las pintatas y el cigarrillo de marihuana, que se mantiene entre los estimulantes más consumidos por los jóvenes del país.

Otro dato de alerta es que cada vez los jóvenes se inician más precozmente en el consumo de drogas. Se han detectado niños desde los 9 años. Esto sin considerar a los que están en situación de calle y que normalmente aspiran cola de zapatero.

Entre las drogas de uso más común, la Policía considera el tabaco y el alcohol. “Hemos encontrado a niños de 11 y 12 años tomando vino mezclado con gaseosa”, reporta la comisaria Elisa Ledesma, encargada del operativo de seguridad en las instituciones educativas.

Una de las caras ocultas de la adicción es el desconocimiento de los padres y el desentendimiento de los colegios.

“En estos primeros tres meses encontramos que los padres desconocen que sus hijos están fumando o dónde se quedan luego de las horas de clase. También encontramos padres que se enfadan con nosotros cuando les preguntamos si saben que sus hijos fuman”, indicó la comisaria.

Sostuvo, además, que desde este punto de vista, el trabajo preventivo no resulta eficiente, porque la mayoría de los padres tampoco reconocen que el chico llega al consumo como una forma de llamar la atención o en reacción a situaciones de falta de atención, diálogo o maltrato familiar.

“Se buscan culpables, y se le culpa al vecino, al colegio y hasta al cíber”, comentó la comisaria.

COLEGIOS. Otro punto negativo es que los colegios también deslindan su responsabilidad. “Si vemos a varios alumnos en una plaza y llamamos la atención del colegio, nos dicen que no es responsabilidad institucional porque ya están fuera del horario de clase o del local educativo”, precisa.

Ledesma llama la atención de las familias para que conozcan y controlen el horario de llegada de los hijos a la casa, la compañía que tienen y los lugares que frecuentan.

“Pedimos a los directores que nos inviten a las reuniones de padres en las que se entregan las libretas de calificaciones para que con los agentes antidrogas podamos informarles de estas situaciones”, indicó.

Al referirse al trabajo de prevención que se realiza en torno de las instituciones educativas, comentó que existen investigaciones sobre distribución y consumo en colegios, además de trabajos con la Fiscalía Antinarcótico y la División de Microtráfico del Departamento de Narcóticos.

“Hace 10 días terminamos un censo de vendedores ambulantes. Cada efectivo sabe qué hay en los alrededores del colegio en donde monta guardia, quiénes circulan en las zona, y qué tipo de ventas se realizan”, precisó.

Algunos centros asistenciales, entre ellos el Centro de Toxicología, ya registra el ingreso de personas intoxicadas con crack. Agregó que, incluso, algunos casos son severos porque llegan en coma o con un infarto.

SUSTANCIAS PELIGROSAS SE VENDEN A BAJO COSTO

Una de las metodologías más utilizadas para crear adictos o captar clientes es a través del regalo de las sustancias. En el caso de la marihuana, los distribuidores regalan los primeros tres o cinco cigarrillos principalmente a estudiantes.

Este sistema de distribución permea tanto los colegios oficiales como privados.

La Policía registra casos de consumo de cocaína en alumnos de colegios costosos, mientras que la marihuana y las drogas chatarra se estilan más entre estudiantes de colegios oficiales.

Algunos de los consumidores que asisten a colegios privados son alumnos expulsados o trasladados justamente por caso de inconducta, pero al cambiarse de colegio, se mantienen dentro del círculo vicioso.

En el caso de los alumnos de colegios oficiales, para ellos resulta más accesible la adquisición de marihuana, ya que un cigarrillo orilla los G. 4.500. Este monto es el que muchos estudiantes llevan para el recreo.

En otros casos se juntan tres o cuatro jóvenes y cada uno aporta lo que puede hasta completar el monto, para luego compartir la fumata.

La comisaria Elisa Ledesma pide que a los consumidores se los vea como enfermos y no como delincuentes.