Sosteniendo a su hijo y un crucifijo, Cristóbal Meza fue partícipe de la festividad mariana. El joven de 23 años afirma que tiene mucho por agradecer. Principalmente el alejarse del alcoholismo y el mundo violento. Cristóbal recuerda que luego de librarse de un asalto decidió acercarse a la Virgen de Caacupé, peregrinando desde Caaguazú hasta la Capital Espiritual. “Al llegar a la Basílica sentí una sensación extraña y empecé a llorar muchísimo, le pedí a la Madre que mi vida tome otro sentido”, refirió.
La intercesión no demoró. “Un día escuché en la radio que había un retiro espiritual. Lo que más me llegó es que decía que a Dios no le importaba que seamos los peores, Él nos ama y siempre nos espera. Y yo me sentí esa persona. No dudé en ir para sentir un profundo contacto espiritual que perdura hasta hoy”, exclamó el hombre que ahora predica por varios países vecinos.
Pide fortaleza para nueva vida
Perla Beatriz Cáceres (21) llegó desde Primero de Marzo, Cordillera, hasta la Capital Espiritual. Dos motivos la llevaron junto a la Virgen de Caacupé: agradecer por el milagro de vivir y pedir fortaleza ante el cambio de ritmo de vida. Desde los 16 años lidiaba con un tumor, hace un año no quedó más remedio que ser amputada de una pierna para cortar con el mal que la acechaba.
Adversidad. La joven vestida de Virgen fue amputada de una pierna hace un año, tras lidiar con un tumor.
Dona su cabello a la Santísima
Desde Pedro Juan Caballero, Érika Dahiana (7) fue a pagar su promesa a la patrona de los paraguayos.
Tenía apenas un año cuando las constantes fiebres no la dejaban hasta el punto de estar al borde de la muerte, según la madre. Como agradecimiento todos los años va vestida como la Virgen y este año donará su largo cabello a la Santa Madre.
Agradecimiento. La pequeña junto a su madre, minutos antes de cortar su larga cabellera como promesa.