LASTRES. El desequilibrio fiscal, junto con la elevadísima inflación -211,4% en 2023, la tasa más alta del mundo- y los problemas monetarios y cambiarios, son los mayores lastres con los que Milei tomó las riendas de la maltrecha economía argentina hace 100 días.
El economista libertario asumió la Presidencia argentina el 10 de diciembre y, sin demoras, emprendió un severo plan de ajuste equivalente al 5% del PIB -algo de lo que “no existen registros históricos en el mundo”, según Milei con el objetivo de recuperar este año el superávit, desde un déficit primario del 2,9% del PIB y un resultado financiero negativo del 6,1% del PIB en 2023.
Con drásticos recortes de gastos, los efectos de su plan de shock ya se vieron, y con contundencia, en enero y febrero: Argentina no solo logró tener superávit primario sino también un resultado financiero positivo, equivalente al 0,2% del PIB en el primer bimestre.
“En estos primeros tres meses evitamos la hiperinflación y, con las cuentas públicas ordenadas, estamos en camino a terminar con la inflación. Hace tres meses nos preguntaban cuándo venía el desastre y hoy, cuándo llegaremos a la luz al final del túnel. El mayor éxito es haber logrado transformar la expectativa de la devastación. Es un gran logro”, afirmó el portavoz presidencial, Manuel Adorni.
MÁS MEDIDAS. La nueva Administración ha trabajado también en reducir los excedentes monetarios y los pesados pasivos del Banco Central, cortar la emisión monetaria para financiar al Tesoro, aliviar la carga de vencimientos de deuda e ir recomponiendo las reservas monetarias, sumando 10.600 millones de dólares desde la llegada de Milei.
Los mejores precios de acciones y bonos soberanos argentinos reflejan el crédito que por ahora los inversores le dan al plan Milei, mientras que los tipos de cambios alternativos atraviesan una calma por mucho tiempo no vista en el usualmente turbulento mercado local.
“Milei hizo un buen diagnóstico, atacó los problemas de la macroeconomía e hizo un ancla fiscal a partir de su credibilidad. Eso es una muy buena noticia para la economía, tal como venía”, dijo Leonardo Piazza, director de LP Consulting.
“PULVERIZACIÓN DE INGRESOS”. Pero el experto advierte de que la actividad económica está en caída y “al límite”, con “pulverización de los ingresos reales” y sin una “contención social” de los más vulnerables, cuando cerca de la mitad de los argentinos es pobre.
La inflación creció 25,5% mensual en diciembre y 20,6% en enero, saltos que el Gobierno achacó a la “herencia” del desmadre económico del anterior Ejecutivo, pero que, en los hechos, estuvieron impulsados por la fuerte devaluación del peso argentino y la liberación de los precios “reprimidos” de la economía apenas iniciada la nueva Administración.
Los precios están en desaceleración desde enero, con una inflación mensual del 13,2% en febrero, un fenómeno que Milei atribuye a su férrea disciplina fiscal y monetaria.
COMERCIO, INDUSTRIA Y CONSTRUCCIÓN. Las alzas de precios, en la práctica, están encontrando su límite en los flacos bolsillos de los consumidores, cuyos ingresos no lograron recomponerse frente a la inflación acumulada en los últimos tres meses. Solo en febrero las ventas de los comercios pymes se desplomaron 25,5% interanual.
El comercio no es el único sector afectado. La industria y la construcción se han derrumbado. “Yo dije que el inicio iba a ser durísimo”, recordó hace unos días Milei, quien asegura que, no obstante, las expectativas económicas están mejorando.
Mientras ataca los desequilibrios macroeconómicos, Milei, intenta avanzar con profundas reformas para desregular la economía, pero de momento ha fracasado en la construcción de los consensos políticos, algo que inversores y empresarios empiezan a observar con preocupación.
Protesta. Movimientos sociales rechazan el ajuste.
Miles de manifestantes de distintas organizaciones sociales exigieron este lunes en Argentina que se restablezca la entrega de alimentos a los comedores comunitarios públicos, mientras en la capital Buenos Aires se registraron incidentes con la policía, que debió utilizar gases y camiones hidrantes.
Los 500 cortes convocados en todo el país comenzaron en la mañana del lunes. En las adyacencias de dos accesos a la ciudad de Buenos Aires, se registraron choques con las fuerzas de seguridad que culminaron con manifestantes, periodistas y efectivos heridos.
“El hambre es el límite”, fue de la convocatoria hecha en las redes por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP): “Vamos a profundizar nuestro plan de lucha frente a la falta absoluta de respuesta del gobierno ante la emergencia alimentaria y el ajuste a la economía popular”. Desde que asumió el 10 de diciembre, Milei puso en marcha un fuerte ajuste fiscal que consiguió superávit financiero en enero y febrero, algo inédito desde principios de 2011.
La contracara es una creciente tensión social atizada por despidos, caída de jubilaciones, aumentos de precios de alimentos y medicamentos y un golpe a las tarifas de servicios públicos por la quita de subsidios.
Algunos comedores comunitarios denunciaron que recibieron la última partida de alimentos en noviembre.
El Gobierno adujo que busca llegar a los más vulnerables mediante ayuda directa y evitar la intermediación de organizaciones sociales.
Así, el Ministerio de Capital Humano inició un relevamiento “para la compra transparente de alimentos”, pero los centros comunitarios denuncian que las entregas están suspendidas en unos 40.000 comedores de todo el país. AFP