24 jul. 2025

Jardines sobre pedido

Regalo para los sentidos y garantía de bienestar espiritual, los beneficios que genera tener un jardín exceden el ámbito de la estética. Y en Paraguay hay especialistas que se encargan de diseñarlos. Vida le acerca a una actividad que echó raíces en el país y no deja de crecer.

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Muchos no estamos en condiciones de identificar ni siquiera alguna de las especies de plantas que conforman un jardín. Pero el regocijo espiritual que produce estar en presencia de flores multicolores, de penetrantes fragancias, distribuidas con buen gusto y finos detalles, permite excluir el conocimiento.

Sin embargo, el requisito de conocer las especies vegetales es indispensable para quienes ofrecen el servicio de diseñar esos espacios. En Paraguay se los conoce como “paisajistas”, pero en realidad son diseñadores de jardines, según explica la arquitecta Mirtha Ferreira de Aranda¸ vicepresidenta de la Sociedad Paraguaya de Arquitectura del Paisaje.

“El paisajismo incluye varias disciplinas y lo que habitualmente hacemos en Paraguay es diseño de jardín. Está incluido dentro del paisajismo, pero este engloba otras cosas. Diseño de jardín se hace en una vivienda, en una casa, en un edificio. Paisajismo, en cambio, es toda una cuadra, toda una propiedad, una extensión grande, una ruta, el bulevar central de una avenida”, detalla.

La arquitecta confirma que la demanda de profesionales especializados en diseño de jardines es una tendencia creciente en Asunción y también en el interior. “Se han hecho trabajos en Nueva Italia e Ypané. Yo misma he sido contratada para trabajar diseñando jardines para los palacios de Justicia de Pedro Juan Caballero y de Caazapá", revela.

Ferreira describe que un jardín típico paraguayo es abundante en fragancia y color, pero sostiene que es común que en él estén mezcladas las plantas sin ningún tipo de orden. “A la gente le gusta una planta y la coloca en un lugar, le gusta otra y la pone al lado de la anterior. Y así se encima todo y se arma un javorái, ya que no hay un diseño ni un estudio. Por suerte, la gente está empezando a entender que se necesita un orden y contrata a profesionales”, afirma.

Sobre costos

Aunque asegura que la tarea la puede hacer cualquiera que tenga buen gusto, a Ferreira no le faltan los pedidos de trabajo. Y quienes la contratan no dudan en pagar lo que ella pide y dice que hasta ahora ningún cliente se ha manifestado insatisfecho con la tarea.

¿Y cuánto cuesta tener un jardín diseñado por un profesional? La arquitecta reconoce que “el jardín, o el diseño de jardín, no es una necesidad, es un lujo. Y los lujos se pagan”. Pero enseguida explica que la parte comercial es solo un aspecto de la actividad y que los beneficios de tener un jardín, en términos de bienestar, compensan la inversión.

“Cuando hacés un edificio, si no tiene verde, parece que no está terminado. Lo que le da vida a una construcción son las plantas. Y aparte te dan energía positiva, te relajan. La gente parece que recién ahora comienza a entender sobre el bienestar que te produce todo lo que sea jardín, todo lo que sea verde”, sostiene.

La experta asevera que “se puede hacer un lindo jardín” con plantas que no son demasiado caras y que el secreto es ordenar las especies que se colocan. Revela que en Paraguay se pueden encontrar especies que cuestan 1.500 guaraníes y son apropiadas para elaborar un jardín igual de bonito a otro que contiene algunas que valen más de cinco millones de la misma moneda.

“No se puede hablar de un precio estándar, porque depende del tamaño de jardín, no solo del diseño. Y ahí ya entra a tallar la calidad del profesional. Si es un jardín chico, se debe aparentar que es grande; si es grande, tenés más posibilidades de hacer más cosas, pero requiere más gasto, porque ya entran detalles como pérgolas y áreas de descanso. Es un tema muy amplio”, señala.

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La disposición de las plantas en el jardín generan un gran impacto estético.

Lo nuestro

Ferreira es partidaria de que un jardín paraguayo incorpore la presencia de especies autóctonas. “Hay que incentivar el uso de plantas nativas”, recomienda, pues su experiencia en el ramo le ha demostrado que los paraguayos suelen dejarlas de lado en beneficio de las especies foráneas.

Entre las variedades nacionales que aconseja plantar, menciona a la resedá y la madreselva, así como el karanda’y (“que nadie usa”) y el pindó, que actualmente sí se está utilizando, aunque la razón fundamental es la diferencia de precio que tiene con una palmera real o una palmera imperial.

Y para sorpresa de los legos en la materia, la profesional asegura que son excelentes para un jardín las especies que habitualmente son usadas en el mate, como el jaguareté ka’a, o en el tereré, como la cola de caballo, que según Ferreira se puso de moda en el país “porque algún paraguayo vio que en Brasil se usa la cavalinha como planta de jardín”.

Ferreira relata que en un viaje a La Rosada, hecho en el marco de un curso de paisajismo, encontró variedades de pasto que no son explotadas en Paraguay. “La gente ve algo en el Brasil y trae; y a veces eso te dura un año o dos y se acaba”, indica.

Y al contrario de nuestros compatriotas, los extranjeros residentes en Paraguay lo primero que piden a los diseñadores de jardín es una planta “que tenga olor” y, en ese sentido, la preferencia recae en el jazmín Paraguay.

La experta sostiene que el potencial de variedades de plantas paraguayas para jardín está subexplotada, entre otras cosas porque no gozan de la preferencia de los consumidores, al punto de que no es raro escuchar que algunos de ellos se opongan a las especies nativas con el argumento de “no me van a poner un ñana que veo en el campo”.

Texto: Carlos Darío Torres

Fotos: Fernando Franceschelli.