“He levantado todas las restricciones. Hemos recuperado el control de la frontera y estamos pasando a una ofensiva total”, dijo Gallant, al reunirse con militares israelíes y combatientes tras recuperar todo su territorio colindante a la Franja de Gaza.
“Habéis luchado con gran valentía. Habéis visto contra qué combatimos: contra animales humanos”, dijo el ministro, caracterizando a los milicianos de Hamás como “el Estado Islámico” de Gaza.
“Gracias a vuestra acción heroica, tendréis el derecho de cambiar la realidad aquí. Veréis la transformación. Hamás quiso un cambio, y cambiará 180 grados respecto a lo que pensaban. Se arrepentirán de ese momento: Gaza nunca volverá a ser lo que era”, prometió Gallant.
“No puede ser que se asesine a niños israelíes en el campo y Hamás siga existiendo. He levantado todas las restricciones: se matará a cualquiera que combate contra nosotros, usando todos los medios”, insistió el ministro.
“Estamos ya en medio de la campaña, pero esto solo es el principio, ganaremos con la fuerza, con mucha fuerza”, advirtió por su parte, el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El saldo de víctimas por el ataque sorpresa que Hamás, la organización islamista que domina Gaza, lanzó el sábado pasado contra varios pueblos cercanos a la Franja, supera los 900 muertos y los 2.400 heridos, medio millar de ellos graves.
En el lado palestino, los bombardeos aéreos israelíes se han cobrado la vida de 830 habitantes de Gaza, muchos de ellos civiles, según las autoridades gazatíes.
A esto se añaden unos 1.500 milicianos de Hamás que murieron durante el ataque o en los combates posteriores en territorio de Israel, según el recuento del ejército israelí, que recuperó el aucontrol de la zona.
Residentes de Gaza han señalado que los bombardeos efectuados desde el lunes son muy diferentes de los habituales en anteriores enfrentamientos, ya que son mucho más destructivos y se lanzan sin el previo aviso que era habitual antes.
APOYO ÁRABE. Los primeros momentos de la ofensiva lanzada el sábado, que dejó centenares de muertos, muchos habitantes de Líbano salieron a festejar a las calles, tanto de Beirut y en su periferia sur (bastión del movimiento proiraní Hezbolá) como en los campamentos de refugiados palestinos.
En la ciudad meridional de Sidón, aledaña al mayor campo de refugiados palestinos de Líbano, las mezquitas difundieron oraciones y lemas para animar a los “resistentes palestinos”. El martes en la noche, más de 4.000 personas se congregaron en el centro de Amán, capital de Jordania, a gritos de “Adelante, adelante Hamás” y “Revolución, revolución hasta la muerte”.
En Damasco, la capital de Siria, la ópera fue iluminada con los colores de la bandera palestina y muchos automovilistas ondeaban su bandera.
Las etiquetas “Diluvio de Al Aqsa” (la gran mezquita de Jerusalén, tercer lugar sagrado del islam), así como “Palestina” y “Gaza bajo los bombardeos” ocupaban las primeras posiciones en X en la mayoría de los países árabes.