20 may. 2025

Inician juicio contra soldado que filtró secretos a WikiLeaks

AFP

FORT MEADE - EE. UU.

El proceso contra el joven soldado estadounidense Bradley Manning comenzó ayer ante una corte marcial en una base militar de Fort Meade, cerca de Washington, donde es juzgado por una de las filtraciones de documentos clasificados más importantes de la historia de Estados Unidos.

Delgado y de rostro adolescente, el joven de 25 años comenzó a comparecer hacia las 9.45 locales ante la jueza militar Denise Lind.

Desde el comienzo mismo, Manning confirmó que aceptaba 10 de las 22 acusaciones en su contra. Sentado al lado de su abogado, David Coombs, se limitó a responder “sí, señora” a la jueza cuando ésta le preguntó si quería “mantener su declaración de culpabilidad”.

CADENA PERPETUA. Pero a pesar de declararse parcialmente culpable, corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua si la jueza decide que es culpable de haber ayudado a un enemigo de Estados Unidos.

Tras un año y medio de audiencias preliminares, numerosos medios estadounidenses y extranjeros tuvieron que esperar más de dos horas y someterse a estrictos controles de seguridad para ingresar a la audiencia.

Los debates, calificados por la Red de Apoyo al acusado de “proceso del siglo”, también atrajeron a una treintena de manifestantes, alineados bajo la lluvia ante la base militar situada en el estado de Maryland con pancartas que decían “Bradley Manning, héroe” y "¡Liberen a Bradley!”.

El exsoldado de primera clase -el grado más bajo del Ejército estadounidense- ya reconoció haber cargado y entregado al sitio de internet Wikileaks miles de informes militares secretos y comunicaciones del Departamento de Estado.

Sin embargo, niega haber querido perjudicar a Estados Unidos, como afirma la acusación, y declara haber intentado “provocar un debate público” sobre las guerras en Irak y Afganistán.

El Gobierno de Estados Unidos sostiene, en cambio, que el exsoldado puso a Estados Unidos “a sabiendas” en peligro al divulgar esos documentos secretos, a los que había tenido acceso por sus funciones de analista de inteligencia en Irak entre noviembre de 2009 y mayo de 2010, cuando fue detenido.

El Gobierno lo acusa de “colusión con el enemigo”, en este caso con Al Qaida, y pretende demostrar que las informaciones develadas llegaron a manos de la organización extremista. La acusación refiere a unos 700.000 documentos clasificados.

Antes de suspenderse la audiencia, una hora y media después del inicio, Manning también respondió con un “sí, señora” cuando la coronel Lind le preguntó si seguía queriendo ser “juzgado por un solo magistrado militar” y no por un jurado.

24 TESTIGOS REALIZARÁN SU DECLARACIÓN EN PRIVADO

Entre los 150 testigos convocados al tribunal, 24 declararán a puertas cerradas, entre otros, los embajadores, altos funcionarios de los servicios de inteligencia y un miembro del comando que participó en la operación de mayo de mayo de 2011 contra el búnker de Osama bin Laden, quien deberá declarar si los documentos divulgados por Manning fueron encontrados en la residencia del jefe de Al Qaida. Los partidarios de Manning lo presentan, por el contrario, como un héroe que denuncia con coraje los abusos de la política exterior norteamericana. Hacen referencia al video de los atropellos contra civiles iraquíes que el soldado reconoció haber divulgado, porque le “provocaron horror”.