09 jun. 2025

Inédito retrato de Shakespeare revela su verdadera apariencia

Un retrato hasta ahora inédito realizado en vida de William Shakespeare, en el que aparece con toga romana y sosteniendo una planta y una mazorca de maíz, revela la auténtica apariencia del genial dramaturgo, uno de los misterios de la literatura.

Nuevo.  En la página interna del libro   The Herball,   del siglo XVI, se encontró el grabado.

Nuevo. En la página interna del libro The Herball, del siglo XVI, se encontró el grabado.

El historiador británico Mark Griffiths asegura haber descubierto en un volumen de botánica del siglo XVI el único retrato de William Shakespeare (1564-1616) que le fue tomado en vida, un hallazgo que presenta hoy en exclusiva mundial la revista Country Life.

En la página interior del título de ese libro, aparecen diferentes motivos naturales y retratos de inspiración clásica de figuras de la época, como el famoso poeta, que luce barba y pelo rizado y una corona de laureles en referencia, según el descubridor, al dios romano Apolo y a los poetas clásicos Virgilio y Ovidio.

“Es un retrato de Shakespeare a sus 38 años, vestido con ropas de poeta. Así es como era realmente, por fin existe una prueba de cuál era su aspecto”, dijo Griffiths.

IMAGEN. Hasta ahora, los únicos retratos de Shakespeare conocidos eran el que aparece en el First Folio, libro recopilatorio de su obra, y el del monumento de la iglesia Holy Trinity en Stratford-upon-Avon, ambos creados tras la muerte del dramaturgo. El grabado recién descubierto sería el primero que se conserva elaborado cuando el autor de Macbeth y Romeo y Julieta aún vivía.

Griffiths explica que trabajaba en una biografía del botánico británico John Gerard (1545-1612), que inició en el 2010 tras haber estudiado durante años su obra, cuando reparó en un grabado que aparecía en uno de sus libros.

Al principio, fue incapaz de identificar el retrato que aparecía en la página interna del libro The Herball, publicado en el siglo XVI, siendo el volumen más grande de botánica escrito en inglés. Tras analizar el grabado, Griffiths interpretó un código de la época que le llevó a la conclusión de que el retrato era de Shakespeare. EFE