“Necesitamos comida, por la sequía no pudo salir nada. Los niños y ancianos están pasando hambre. Todo lo que hemos cultivado, mandioca, maíz y poroto no salieron por causa de la sequía. El Indi nos trajo un poco de mercaderías y tenemos para unos cuatro días más”, afirmó el líder Gabino Martínez Giménez.
Inicialmente, todos vivían en el sector donde se encuentra el Salto del Ñacunday dentro del parque, pero la necesidad de estar más cerca de la vía pública hizo que un grupo se apartara y saliera hacia la nueva ruta que es el Corredor de Exportación, explicó el líder.
El intendente, Rafael Ramírez, señaló ayer que levantarán datos de las comunidades, para ver la manera de ayudarlos, aunque reconoció que la Comuna está prácticamente sin recursos.
El asentamiento no cuenta con pozo y para beber tienen que ir a buscar de una naciente de agua, ubicado a varios kilómetros del sitio. “Por la sequía ni siquiera estamos buscando miel, ni caza. Tenemos miedo del fuego, por eso no estamos cosechando miel, porque si por alguna mala suerte se quema el bosque, ahí ya no tendremos animales para cazar. Necesitamos pozo y energía eléctrica”, dijo el líder.
Marcial Martínez Giménez, cacique de la comunidad que permanece dentro del parque nacional, dijo que requieren donaciones. “Necesitamos muchas cosas, que el Indi nos traiga ayuda, herramientas. Para salvar salimos a buscar víveres en la colonia Itaipyte, Paranambu, miel silvestre o la caza. También solemos pasar a la Argentina, allí nuestra gente tiene muy buena pensión, hay más ayuda”. EM