05 nov. 2025

Inaceptable calvario de sed para comunidades del Chaco

Hace una semana, Última Hora reportaba sobre el verdadero suplicio que está soportando la comunidad indígena María Auxiliadora, a 40 kilómetros del casco urbano de Puerto Casado, en el Alto Paraguay, la que junto con otras comunidades que viven a la vera del río Pilcomayo resiste hace más de un mes sin agua. Es inconcebible que las instituciones del Estado no sean capaces o no tengan como prioridad asegurar servicios básicos de subsistencia a la población del Chaco. La desidia y el abandono son inaceptables.

Existen numerosas versiones respecto al origen del nombre de nuestro país, una de estas sostiene que proviene del guaraní, y que además llevamos el agua en el mismo nombre: Paraguay.

Somos un país con inmensos recursos hídricos. Disponemos de ríos, arroyos, lagos, humedales, una parte del Pantanal y acuíferos. Sin embargo y pese a esta abundancia todavía hay comunidades en el país que no tienen asegurado el acceso al agua potable.

Precisamente, hace una semana publicaba este diario una denuncia por la situación de extrema necesidad que están experimentando los pobladores de la comunidad indígena María Auxiliadora, ubicada en el Alto Paraguay, así como también otras comunidades asentadas a la vera del río Pilcomayo, que desde hace más de un mes que sufren la escasez de agua. Los reservorios están desabastecidos por falta de lluvia y todavía aguardaban respuesta de las autoridades a quienes pidieron asistencia.

Relataban los indígenas de esta comunidad que los tajamares se encuentran ya secos y que lo que restaba del líquido vital, si bien era insalubre, lo consumían de igual manera tratado de forma casera para poder consumirlo. Fotografías que llegaron gracias a los miembros de esta comunidad mostraban que ingerían un líquido con un tono marrón. Lo único que les quedaba era el agua salobre del tajamar y lo que quedaba en un aljibe.

Debido a la necesidad arriesgan la salud y la vida de niños y ancianos, de toda la comunidad.

Tras la publicación y gracias a la presión mediática que obtuvo este tema, finalmente llegó hasta la lejana comunidad un camión cisterna del Ministerio de Obras Públicas, MOPC. Con esto, las familias pudieron tener un alivio a su crítica necesidad de agua.

La comunidad expresó su deseo de que el acarreo de agua sea de manera regular para evitar que esta situación se extienda.

De acuerdo con los informes oficiales, el 78% de la población del país accede a servicios de agua potable vía red. No obstante, hay una estimación de que unas 1.500.000 personas no tienen acceso al agua potable, y que se consume agua de ríos, arroyos o pozos domiciliarios.

Respecto al Chaco, un estudio del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud señala que, en esta región, los ríos Paraguay y Pilcomayo, que bordean la zona, son los únicos cuerpos de agua que tienen el líquido todo el año, ya que muchos de los cauces y fuentes son solamente de carácter temporal. Añade que la principal fuente de agua en esta región es subterránea, pero que dada la presencia de sales entre los sedimentos de la mayoría de los nacientes limita seriamente su utilización.

Es inaceptable que en pleno siglo XXI y considerando los recursos de que dispone el país, todavía las comunidades alejadas de los centros de poder sigan padeciendo este olvido.

No se puede permitir que por la escasez de agua potable las comunidades indígenas se vean obligadas a beber agua de tajamar, como la comunidad nivaclé, que debe consumir un líquido turbio, filtrado con sus remeras, un líquido salobre e insalubre.

No solamente urgen políticas públicas que universalicen el acceso al servicio de agua potable, sino que además se debe coordinar mejor la labor de las diversas instituciones que trabajan en este sector: el Gobierno central, los gobiernos locales, las juntas de saneamiento, las gobernaciones, el Ministerio de Obras Públicas, Essap y la Secretaría de Emergencia Nacional.

La desidia y el abandono son inaceptables. El acceso al agua es un derecho humano que el Estado debe garantizar para todos.