La Fiscalía inició el proceso tras conocerse el ingreso al país -y no ser detenido- del presunto narcopastor José Insfrán, quien cuenta con una orden de captura internacional, en el marco del operativo A Ultranza Py.
Además, se ordenó la detención de ambas personas en la causa, luego de que prestaran declaración indagatoria.
La apertura de la investigación por parte de la Fiscalía fue primeramente por frustración de la persecución penal contra personas innominadas, tras el ingreso al país del presunto narcopastor José Insfrán, registrado el 8 de julio pasado, a través del puesto de control migratorio de Puerto Falcón.
La directora de Migraciones, Ángeles Arriola, había informado que el sistema sí arrojó una orden de captura, por lo que la Fiscalía investiga la omisión por parte de la funcionaria interviniente.
“La persona dice que no recuerda ese día, no recuerda que le haya saltado la alerta, pero se puede verificar máquina por máquina cada acción de los funcionarios”, detalló la directora.
Luego de que los investigadores incautaron el DVR de la sede de Migraciones de Puerto Falcón, se notaron de que la cámara ubicada frente al puesto no funcionaba, por lo que otras serán peritadas.
El fiscal Ledesma mencionó que es muy poco probable que los funcionarios no se percaten de la alerta sobre Insfrán, según las explicaciones y el acceso al sistema de Migraciones.
José Insfrán está ligado a un esquema que opera en Asunción y Santaní para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, según datos de la Fiscalía.
El pastor de la iglesia Centro de Avivamiento de Curuguaty y ex precandidato a la Gobernación de Canindeyú, habría utilizado como fachada a la iglesia para la compra de varios inmuebles. En sus primeros pasos, integró listas de la ANR en Mariano Roque Alonso y en el 2019 mudó su voto a Curuguaty, donde erigió un lujoso templo.
Uno de los fieles del pastor era el ex diputado colorado Juan Carlos Ozorio, quien está imputado y guardando reclusión por sus vínculos con el narcotráfico.
Según investigaciones, el pastor, junto a su hermana Yolanda Insfrán, ambos con paradero desconocido, conformó un bloque dedicado al blanqueo de capitales.
Los dos cumplían roles como administradores y testaferros de empresas que funcionaban como fachadas para ingresar activos ilícitos al sistema financiero.
El clan Insfrán, según los investigadores, está liderado por otro hermano, Miguel Insfrán, alias Tío Rico, también requerido por la Justicia. Los Insfrán tienen orden de captura nacional e internacional.