Sin embargo, la cifra de personas que pasaron por audiencias de control de detención –fase posterior a la detención y previa a la imputación– alcanzó 30.102, de los que 20.217 acabaron siendo formalizados.
En la fase de control de detención el balance de la Fiscalía, que comprende entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre, el balance arrojó un incremento del 11% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Con relación a las imputaciones o formalizaciones, el porcentaje subió un 61 % más que en los mismos días de 2018.
Del total de personas detenidas y llevadas al control de detención, el 87 % (26.092) fueron apresadas en flagrancia mientras cometían un hecho ilegal.
Si se apunta a la localización geográfica de los ilícitos, la mayor cantidad se registraron en la región Metropolitana, a la que pertenece Santiago de Chile, la de Valparaíso y la del Biobío, a la que pertenece Concepción (sur).
La Fiscalía también informó que entre los detenidos que fueron imputados, 1.957 quedaron en prisión preventiva, 20.525 quedaron con prohibición de desplazamiento a ciertos lugares, de cercanía a víctimas o salida del país.
SAQUEOS. En lo que respecta al tipo de delito cometido, el robo en lugar no habitado (saqueo) “es el principal delito registrado en este periodo”, explicaron desde el Ministerio Público a través de un comunicado. Este tipo de ilícito creció un 183 % desde el comienzo del estallido social en Chile y por el cual 2.493 personas han pasado audiencia de control de detención. Los desórdenes públicos llevaron a esa fase previa a la imputación a 1.934 personas. La Fiscalía abrió 2.670 investigaciones penales contra las fuerzas de seguridad por presuntas violaciones a los derechos humanos, entre las que se encuentran lesiones por armas de fuego, torturas, violencia sexual y la comisión de graves lesiones por el empleo de escopetas de perdigones y balines de goma, que entre otras cosas han provocado más de 200 lesionados oculares. Las marchas, que comenzaron siendo multitudinarias y en las que se reclaman una mayor redistribución de la riqueza y servicios básicos, perdieron fuerza con el paso de los días, aunque siguen existiendo episodios de violencia con saqueos, incendios y destrucción.