18 abr. 2024

Hace 40 años fue la “boda del siglo” de Carlos y Diana

EL NO CUENTO DE HADAS. El príncipe Carlos contrajo matrimonio con Diana Spencer hace 4 décadas. Un enlace que terminó en tragedia.

Londres, 29 de julio de 1981. Ante una multitud exultante y 750 millones de telespectadores, el príncipe Carlos, hijo mayor de la reina Isabel II, se casa con la tímida Diana Spencer. Una “boda del siglo” que terminó en tragedia.

A sus 32 años y tras varias conquistas, el príncipe puede por fin aspirar a dar un heredero a la corona británica, gracias a su unión con esta joven aristócrata de apenas 20 años.

Durante varios días, miles de personas acamparon a lo largo de los tres kilómetros que separan el Palacio de Buckingham de la Catedral de San Pablo con la esperanza de poder ver el cortejo nupcial.

Mil agentes armados y casi 2.000 policías montados y militares se encargaron de la seguridad, el dispositivo más importante desde la Segunda Guerra Mundial.

A las 10:35, “una ovación, mezclada con silbidos entusiastas, saludó la aparición, a las puertas del Palacio de Buckingham, del carruaje del príncipe Carlos con el uniforme de capitán de la Marina Real”, describió la AFP.

Le seguía, desde Clarence House, el de Diana, la futura princesa de Gales, “vestida de blanco marfil, que casi no se veía ante la cantidad de plisados, volantes, adornos de nácar, perlas y crinolina”.

A lo largo del camino, cientos de miles de personas gritaban de alegría mientras ondeaban banderas británicas. Unos 750 millones de personas siguieron el histórico acontecimiento en todo el mundo por televisión.

Bajo las aclamaciones Diana llegó a la catedral de San Pablo del brazo de su padre, el conde Spencer.

Su vestido, el tema principal de debate en la prensa en los días previos a la ceremonia, se prolongaba con una espléndida cola blanca de más de siete metros.

En el interior de la catedral, bajo las altas bóvedas de piedra, había 2.500 invitados, entre ellos Nancy Reagan, de rosa pálido, el rey de Tonga, sentado en su sillón de madera tallada, y el recién elegido presidente francés François Mitterrand.

Mientras se intercambiaban los consentimientos frente al arzobispo de Canterbury, la voz del futuro rey tembló y fue casi en un susurro que se oyeron sus dos palabras: “I will”. Diana, traicionada por los nervios, invirtió accidentalmente los nombres de Carlos. A continuación, el duque de Cornualles colocó el anillo de oro de Gales en el dedo meñique de su joven esposa, siguiendo la tradición anglicana de que solo la mujer lleve anillo.

La trágica muerte de Diana en París en 1997, a los 36 años, en un accidente de coche junto a su nuevo amor, el rico heredero egipcio Dodi Al-Fayed, conmocionó al mundo. Carlos se casó por segunda vez con Camilla en 2005 en una discreta ceremonia civil. AFP

Muy diferentes
A su regreso al Palacio de Buckingham, la multitud les aclamó cuando intercambiaron un beso furtivo en el balcón. En junio de 1982, Diana dio a luz a su primer hijo, Guillermo. Dos años después nació Enrique. Aunque en un principio fue presentado como un cuento de hadas, el matrimonio fue en realidad completamente amañado. Durante la entrevista televisada que hizo oficial el compromiso de la pareja, una periodista británica preguntó a Carlos si estaba enamorado. Dio una respuesta que no presagiaba nada bueno: “Todo depende de lo que se llame estar enamorado”. Eran dos personas muy diferentes.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.