23 dic. 2025

Guo Pei, la diseñadora china que convirtió en emperatriz a Rihanna

Cuando Rihanna apareció en la gala del Metropolitan con una enorme capa imperial de corte chino, una mujer se mordía las uñas entre bambalinas: era Guo Pei, la creadora de la llamativa prenda, una de las diseñadoras más famosas de China y, por entonces, poco conocida en Occidente.

La diseñadora de alta costura china, Guo Pei, durante una entrevista en su estudio de Pekín. EFE

La diseñadora de alta costura china, Guo Pei, durante una entrevista en su estudio de Pekín. EFE

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“Al principio pensé que Rihanna no accedería a llevar la capa por su peso y tamaño. Pensé que diría '¿pero quién ha diseñado esto? ¡Es horrible!’”, confiesa entre risas Guo Pei en una entrevista con Efe en Pekín, su hogar y el centro de sus ideas.

Guo (Pekín, 1967) desvela que no conocía a la cantante hasta que puso en contacto con ella. “Fue mi marido el que recibió un correo y, cuando me lo dijo, le pregunté '¿pero quién es Rihanna?’ ¡No se podía creer que yo no lo supiera!”.

El interés de la cantante, como el de Lady Gaga antes de ella, le pilló totalmente por sorpresa, y hoy se siente muy agradecida a la artista de Barbados, pues su puesta en escena en la gala del año pasado en el museo neoyorquino sirvió para colocarla en las principales pasarelas internacionales.

“Es difícil describir lo que sentí, pero si algo hay que destacar es la confianza en sí misma de Rihanna”, destaca.

“La capa la diseñé en 2010 y antes la había llevado una modelo china, pero la prenda era pesada y le resultó trabajoso llevarla. Rihanna fue capaz de dominarla, de conseguir un resultado perfecto. Toda una reina”, añade.

Guo empezó a soñar con el diseño incluso antes de que existiera en su país. Nació en plena Revolución Cultural, una época de represión cultural y ya entonces dibujaba faldas con dragones e imaginaba cómo llevar estos bocetos a la realidad.

Casi cincuenta años después y, contra todo pronóstico y cierta oposición de su familia, no para de sumar éxitos y este año se convirtió en la primera diseñadora asiática en ser invitada a presentar una colección en la Semana de la Alta Costura de París.

La espectacular aparición de Rihanna como “emperatriz china” cree que le ha ayudado a avanzar en Occidente, pero considera que los buenos creadores no sólo deben centrarse en las estrellas.

“No es el único factor para tener éxito. Hay que centrarse en las obras que uno hace. Lo más importante es tu trabajo”, destaca desde un opulento sillón de su estudio, en el que cada detalle invita a pensar en la época imperial china: desde los interminables y brillantes trajes de los escaparates hasta un enorme columpio de hierro que parece sacado de un palacio.

“A través de mis obras, intento contar mi visión del mundo: mis valores, mi amor y mis emociones. Creo que me diferencio de muchos diseñadores porque no busco que se acepte mi trabajo o enriquecerme. Sólo espero que no sea efímero, que se herede entre familias”, explica Guo.

En sus diseños, es común ver el dragón y el fénix, elementos de fortaleza y poder en la cultura tradicional china. “Siempre me fascinó el dragón. Cuando era joven no entendía lo que me atraía, pero luego llegué a comprender que es su espíritu: independiente y fuerte. Yo soy una mujer así”, afirma.

Abierta y risueña, Guo también comparte con Efe las dificultades de su industria en China y los muros que se ha encontrado en el extranjero al conocerse su origen.

“Una vez un italiano me aconsejó que en las entrevistas no dijera que era una diseñadora china, simplemente que era de origen chino. Esto fue hace una década, la situación ha cambiado mucho en diez años. Ahora nos respetan fuera, pero aquí es cierto que todavía estamos en la etapa inicial”, comenta.

En el sector, ella es vista como una pionera, “la mejor exportación” de China, un rol que lleva con “gran honor”, incluso si sus trabajos son objeto de broma en internet, como ocurrió en el caso de la capa de Rihanna.

En una rápida búsqueda en internet, se pueden encontrar los innumerables “memes” que ciudadanos de todo el mundo hicieron con el aparatoso traje de color amarillo que vistió la cantante, convirtiendo la prenda en una pizza, una tortilla o incluso un huevo frito.

“Nunca pensé que pudiera parecer una pizza -dice la diseñadora china al recordar las bromas- Me pareció muy divertido. Eso es más atención a mi trabajo, aunque ¡sea convertido en una pizza!”.

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