“Todo lo que tiene que ver con la parte de consumo, que no sean artículos de primera necesidad, está sufriendo un golpe catastrófico; sentimos la caída de las ventas en restaurantes y bares. También consultamos con los supermercados, y todas las ventas están para abajo, lo que se debe a que en Paraguay estamos experimentando la inflación tras 20 años”, dijo Grassi. Añadió que todo está muy complicado, porque la carne y el queso sufrieron un aumento del 30% en sus precios.