El Gobierno argentino afirmó ayer que existe una excesiva presión tributaria sobre las empresas del país y admitió que la decisión de aumentar los impuestos a las exportaciones de forma temporal es una medida dura, ingrata, que les hubiera gustado no tener que tomar.
“Necesitamos una política que nos permita bajar impuestos para que puedan ser las empresas mucho más competitivas”, señaló el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, al intervenir en la Conferencia Industrial Argentina, que reúne a miembros del Gobierno, empresarios y académicos en Buenos Aires. A su juicio, el 60% de los problemas que tienen las compañías en el país suramericano los genera el propio Estado, ya que existe una excesiva presión impositiva dirigida a sostener un gasto público totalmente ineficiente.
Esto, sumado a una gran cantidad de impuestos distorsivos, genera fuertes restricciones para el sector empresarial. Sica también se refirió al anuncio realizado por el presidente, Mauricio Macri, y luego detallado por el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, de que, para afrontar la crisis que atraviesa el país –marcada por la fuerte devaluación y la elevada inflación–, habrá un nuevo impuesto “transitorio” para las exportaciones, que se aplicará en 2019 y 2020. efe