“Hay consenso entre los militares sobre la necesidad de seguir defendiendo la ciudad y [seguir] agotando a las fuerzas enemigas”, declaró a AFP Mijailo Podoliak, un consejero de la presidencia ucraniana.
Podoliak precisó que de momento no se ha tomado ninguna decisión sobre una eventual retirada ucraniana de esta ciudad, que adquirió un valor simbólico que va mucho más allá de su interés estratégico.
Pero en caso de que las tropas ucranianas decidan replegarse, la defensa de Bajmut habrá sido “un gran éxito estratégico”, aseguró.
Según él, “la defensa de Bajmut alcanzó sus objetivos”, al agotar a las fuerzas rusas y dar tiempo al ejército ucraniano de formar “decenas de miles de soldados, con los que preparar una contraofensiva”.
La localidad, de unos 70.000 habitantes antes de la guerra, se ha convertido en un símbolo de la lucha entre rusos y ucranianos por el control de la región industrial del Donbás, debido a la duración de la batalla y a las grandes pérdidas sufridas por ambos bandos.
A pesar de la amenaza de cerco, los ucranianos siguen defendiendo ferozmente Bajmut.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió en diciembre resistir “tanto como sea posible” en esa localidad.
Aunque algunos analistas cuestionan su importancia en el conflicto, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) cree que su defensa sigue teniendo “sentido estratégico” porque “sigue agotando los efectivos y el equipamiento rusos”. Por parte rusa, el jefe del grupo paramilitar Wagner, Evgueni Prigozhin, acusó por segunda vez en menos de dos semanas al ejército de no enviar munición suficiente a sus mercenarios. Según él, el retraso solo puede deberse a dos razones, “burocracia ordinaria o traición”. AFP