Los clásicos no necesitan condimentos; pero si los tienen en la previa y, más aún, en su desarrollo, siempre los vuelven más emocionantes. Es lo que pasó ayer con Boca Juniors y River Plate, en un partido vibrante en donde triunfó el primero mediante los penales (4-2), luego de haber terminado empatado el juego 1-1 en los 90 minutos.
Si en la previa los diez jugadores inhabilitados de River (por dar positivo por coronavirus, entre ellos, el paraguayo Robert Rojas) marcaron la tónica, en La Bombonera fue el clásico de siempre: sin concesiones, disputado en el mediocampo, con un Boca saliendo con peligro siempre de contra y encontrando el gol de esta manera, mediante su histórico goleador Carlos Tévez, quien marcó a los 11’.
Un equipo millonario mechado con habituales suplentes, con destaque del arquero debutante Leo Díaz, recibió el gol pero recién en la complementaria pudo empatar, cuando Julián Álvarez marcó a los 68’.
Sin embargo, si Díaz fue figura en los 90, el cuidavallas de Boca, Agustín Rossi, lo fue en los penales.
Atajó los remates de Fabrizio Angileri y Leonardo Ponzio, dejando a Julio Buffarini que pateara el quinto para darle el pase a Boca a semifinales de la Copa de la Liga argentina.
Racing eliminó a Vélez también en penales y enfrentará a Boca. Por otra parte, Independiente y Colón definirán la otra semifinal.
2 penales paró el arquero Agustín Rossi, de Boca, para dar la clasificación a semifinales de los xeneizes.
3 empates en el año registran Boca y River, tras un 2020 sin clásicos. 2-2 en el primero, 1-1 en el segundo.