El presidente Federico Franco autorizó ayer, vía decreto, la importación de semillas transgénicas del Brasil y la Argentina para su uso en la próxima campaña algodonera, y acusó a los luguistas, que se opusieron desde un comienzo a esta iniciativa, de frenar el desarrollo.
El anuncio lo hizo el mismo Franco durante una reunión que mantuvo con los productores algodoneros del interior del país en el Palacio de López, y luego de escuchar el pedido unánime de los mismos.
En tono enérgico y desafiante, el jefe de Estado envió así un mensaje a aquellos “fanáticos extremistas” que están en desacuerdo con el uso de semillas de algodón transgénico en el campo, en alusión a los sectores de izquierda, quienes alegan que esta determinación ocasionará un grave daño ecológico y afectará a los pequeños productores.
Franco remarcó varias veces durante su discurso que con la firma de este decreto, el campesinado tendrá más ganancias. “Si el día de mañana algunos fanáticos extremistas, so pretexto de defensa de la soberanía, quiere seguir manteniendo el país pobre, van a encontrarse con un presidente progresista, defensor de los pobres, que quiere el desarrollo de la gente humilde y necesitada”, enfatizó.
A principios de agosto, el Gobierno autorizó la importación de semillas de maíz transgénico, en tanto que las semillas de soja transgénica son utilizadas desde hace varios años.
Con una producción de 15 millones de toneladas anuales, Paraguay podría duplicar su producción de granos gracias a las dos recientes autorizaciones (de maíz y algodón), reseñaron autoridades del Servicio Nacional de Vegetales, facultado para el control de semillas.
El titular del Ejecutivo aseguró que tales autorizaciones servirán para luchar radicalmente contra la pobreza campesina. “Cuando se haga la cosecha se van a ver los resultados, van a lograr el doble”, sostuvo.
INDEPENDENCIA. Franco hizo hincapié en el proyecto, que a su criterio mejorará el nivel de vida de los campesinos.
Señaló que su Gobierno no se arrepiente ni se avergüenza de apoyar al sector campesino, recibiendo aplausos de los campesinos y productores que se dieron cita en la sede gubernativa para el acto de ayer.
“Con estos hechos más que con las palabras queremos demostrar nuestra solidaridad con los campesinos. Yo les invito a todos mis compatriotas, de todos los partidos políticos, y les digo que hoy comienza la verdadera independencia del Paraguay”, enfatizó.
El mandatario puso como ejemplo que en varias oportunidades los campesinos debían depender del presidente de seccional de su ciudad para paliar sus necesidades básicas.
“Para enterrarle a un muerto tenían que pedirle plata al presidente de seccional, para comprar útiles, para sacarle a un preso, hoy ustedes se van a independizar de la clase política, no van a depender de nadie”, expresó. Los productores llegaron al Palacio acompañados del ministro de Agricultura, Enzo Cardozo.
SE REABRE UNA NUEVA POLÉMICA
La instalación de la empresa Rio Tinto, el uso de agrotóxicos y la importación de semillas transgénicas han sido el estandarte de las luchas por las reivindicaciones sociales del sector más duro de la izquierda luguista. Ahora que están alejados del poder siguen en la misma tesitura, realizando publicaciones y manifestaciones en contra del uso de las semillas transgénicas, advirtiendo de los daños ecológicos por el uso de los agroquímicos en los sembradíos a nivel empresarial. Dicha práctica, según dicen, va en contra de los pequeños productores. También se oponen a que la empresa Rio Tinto Alcan se instale en el país porque, a criterio de los mismos, causará un daño ecológico muy grave. Acusan a la empresa de haber cometido genocidio con una de sus instalaciones.