Despertó Guaraní, que superó a Luqueño 3-0, mostrando un progresivo ascenso de la mano de Gustavo Florentín.
Con estilo frontal y manejando los tiempos del compromiso, el elenco Aborigen buscó profundizar en rápida evolución, pisando campo rival con mucha gente. Las bandas fueron bien utilizadas al momento de variar de premisa, con Gabriel Esparza como hombre clave para abrir el camino por la izquierda.
Otro punto alto del elenco aurinegro fue el buen trabajo en los balones detenidos, herramienta de alto valor ante la ausencia de efectividad en acciones colectivas. En zona defensiva, con poca presión, el aurinegro tuvo sofocones, emergiendo la figura del Nacho Don con buenas tapadas.
NOCHE NEGRA. Las fatalidades del juvenil Joel Roa y Joel Benítez sacaron de contexto cualquier intento de reacción de Luqueño.
El Auriazul fue un equipo partido en dos, con aislamiento en ataque, en la que solo la lucha no alcanzó. En zona de contención, tanto en el medio sector como en defensa con grietas, el equipo no encontró el procedimiento para constituir una estructura óptima, perdiendo en las divididas.