–Habrá seguido el proceso iniciado aquí para lograr que la Entidad Binacional Yacyretá transparente su administración y se someta sus cuentas a la fiscalización de la Contraloría General de la República. ¿Cree posible que se dé lo mismo en su país?
–Hoy, tal como está, eso es imposible, porque las binacionales tienen el carácter de organismos internacionales, los cuales se rigen por una determinada reglamentación que fueron establecidas en un tratado. La intromisión de un país, en forma unilateral, es imposible.
Para que suceda lo que me plantea, se requeriría de un nuevo acuerdo, de una carta reversal, de algo que entre los países permita definir y generar algún nivel de intervención de las contralorías de cada uno. Pero hoy, eso es imposible.
La base documental de Yacyretá, como está hoy, no permite esa fiscalización tal y como lo plantean.
Si cada uno de los Estados partes quisieran hacerlo, requerirá un paso más que hay que dar a esos acuerdos, a través de un instrumento de menor rango que fije la forma de auditar.
De lo que se hace en Paraguay veo bien que se plantee la transparencia, eso es fundamental, pero eso tiene que tener su respaldo jurídico-institucional, acordado entre las partes, sobre cuál va a ser el organismo que va a auditar a la entidad binacional. En Argentina tampoco puede ingresar la Contraloría a auditar, no va a ser permitido, porque es una entidad binacional y tiene el carácter de un organismo internacional. Es como una oficina del FMI, o de la OEA. Organizaciones que nacen con un tratado del cual se desglosan una serie de otras normas.
–¿Descarta entonces la posibilidad de que lo que aquí se está planteando y se está logrando con respecto a fiscalizar la administración de la EBY vaya a generarse también en el directorio lado argentino?
–No es una decisión propia del directorio, sino una decisión política del Gobierno el avanzar en un proceso que permita un instrumento para el acceso de las contralorías de cada uno de los países. Quizá un acuerdo que plantee un control conjunto hacia adelante, ya que en forma unilateral, individual, hoy no se puede hacer. Es una tarea de definiciones políticas de los gobiernos de ambos países que luego habrá que trabajarla en el área diplomática.
Para mí hoy, es imposible el ingreso de la Contraloría a Yacyretá.
Creo sí en las buenas intenciones de transparentar los gastos, porque las poblaciones deben saber, porque hay una demanda de transparencia en todo. Pero esto debe tener un respaldo legal de tratados. Yacyreta se rige por un tratado. Pero hay instrumentos diplomáticos que pueden permitir incorporar el mecanismo de fiscalización o auditoría que se reclama.
–En ambas partes los salarios de los funcionarios de Yacyretá son elevadísimos y vienen respaldados de otros numerosos beneficios. ¿Ha sido atacado o reclamado este aspecto en particular por parte de la ciudadanía argentina?
–No está en la agenda pública argentina esa cuestión. Sí, en algún momento de la historia, el presidente Carlos Menem, dijo que Yacyretá era un monumento a la corrupción, pero se refirió al proceso de construcción de la represa. No a la operación posterior. Pero la verdad es un tema que no está ni en la agenda regional de las provincias, como Misiones y Corrientes, donde sí es muy valorada la gran inversión que trajo Yacyretá.
Que yo conozca, en la Argentina no hay una asistencia social tan fuerte por parte de Yacyreta, como veo acá. Allá se traduce más en obras que se hicieron en la región, pero no está presente esa asistencia social cotidiana como se da en Paraguay.
–A propósito de Yacyretá, la deuda argentina a Paraguay por cesión de energía a marzo alcanzaba 95 millones de dólares. ¿Qué información maneja respecto a si se producirá algún pago en el curso de este año?
–Estamos planteando eso. Es un reclamo que me han hecho llegar también. Argentina, en este contexto de dificultades, siempre trata de pagar. El año pasado, cuando vine, ese fue el primer planteo que me formuló el ministro de Hacienda y conseguimos un pago importante de 40 millones de dólares y estimo que habrá algún pago sí, porque es una prioridad, y más en esta situación que requiere el Estado paraguayo.
Hoy la Argentina es el gran comprador de la energía paraguaya. Eso significa también que si Paraguay consumiera esa energía tendría que abonarla a la Binacional. Sé que se está haciendo las obras de distribución en mediana y alta tensión en el país, en el 2023, según nos dijo el presidente Abdo Benítez, el Paraguay estaría en condiciones de consumir toda su energía disponible.
–Pasando a otro tema, cuando hace un año lo entrevistamos, empezaba la crisis sanitaria por la pandemia, el escenario era incierto, y no teníamos lo que hoy estamos viviendo en su país como en Paraguay con miles de contagiados y fallecidos por Covid y servicios de salud colapsados, ¿cómo saldremos de esta, embajador?
–La verdad que la situación fue otra, realmente distinta, hasta prácticamente agosto no había mucha información respecto a la vacuna, entonces se empezó a hablar fuerte al respecto y apostó todo a esta. Sin ninguna duda, la salida es la vacuna. Hoy a un año y medio casi de pandemia, que nos cambió la vida, nos deja grandes enseñanzas, mucho dolor, mucha tristeza. La sociedad está hoy con un hartazgo ante cualquier tipo de medida que tienda al cuidado, control que adoptan los gobiernos. Ningún gobierno, hablo por mi país, pretende y quiere lo peor para su gente y para su economía. Las medidas tienen siempre un fundamento y consecuencias. Algunas son muy buenas, cuando hay disciplina en el cuidado. Lamentablemente no lo hay y eso hace que hoy, en el caso de la Argentina, estemos hablando ya de la tercera ola.
Creo que la salida tiene que plasmarse con un programa intensivo de vacunación en lo que resta del año. Lograr la inmunidad del rebaño y a partir de ahí, impulsar un programa de recuperación de las economías, de las familias. Sobre las vacunas hay buenas noticias, porque en Latinoamérica ya se está haciendo el inmunizante. El 25 de mayo pasado, los presidentes de México y de Argentina anunciaron los primeros lotes de Astrazeneca que se están fabricando en Argentina y terminando en México y que se recibirían la semana que viene unas 800.000 dosis para cada país. Esto permitiría un programa de vacunación mucho más intensivo y se extendería a otros países de la región.
También está muy avanzado un proyecto para que en el mes que comienza se inicie la fabricación de la vacuna rusa, Sputnik V en Argentina. Está en proceso de construcción una planta de una inversión entre 85 y 100 millones de dólares para fabricar esta vacuna en la región.
El desarrollo de la ciencia está aportando mucha respuesta y mucho conocimiento.
–El impacto económico de la Covid-19 ha sido significativo en nuestros países. El año pasado, según el Banco Mundial, la Argentina sufrió en 2020 una caída del PIB de 9.8%, la mayor desde 2002. ¿Qué medidas adoptan para contrarrestar esta situación?
–Es una situación complicada en dos aspectos. Por un lado, la realidad de Latinoamérica es que hay un sector que tiene que ver con la economía familiar, los pequeños emprendedores y las micropymes que es el más golpeado. Por otro lado, el comercio internacional y la producción de bienes de servicios, de consumo, de capital, en cierta medida en volumen se mantuvo, aunque con caídas, pero se mantuvo. Es cierto que sectores como el turismo fueron golpeados plenamente así como los pueblos fronterizos como los que tenemos entre Paraguay y Argentina, que también sufrieron una fuerte caída.
Por lo tanto, las medidas tienen que tener una mirada del Estado, de intervención y acompañamiento, con una fuerte inversión.
El martes, último, participé en la reunión del presidente Abdo Benítez con miembros del cuerpo diplomático y de los planteos que realizó el presidente, rescaté el proponer una mirada distinta a los organismos financieros internacionales hacia los países en desarrollo y a los de menores ingresos, para que puedan adaptarse a esta situación de pandemia y la que vendrá, de pospandemia.
Hoy los balances de cada uno de los países son complicados. Argentina, por ejemplo, el año que viene tiene que renegociar una deuda de más de USD 20.000 millones, imposible de pagar. Entonces, nuestro presidente está recorriendo el mundo, hablando con los líderes mundiales, para hacer entender que tiene que haber esa mirada distinta, porque el Estado tiene que volver a inyectar dinero en infraestructura, obras, créditos, volver a lograr que el aparato productivo formal se reactive. Ahí se verá la solidaridad del mundo. Sobre todo, la solidaridad política y de presión a los organismos financieros que muchas veces son muy duros.
–¿Hallaría eco y podría ser acompañada por otros países esa propuesta que resaltó en la reunión del presidente Abdo Benítez con los embajadores?
–Ese fue el planteo del presidente Abdo Benítez, el buscar solidaridad, y también fue mi planteo porque es lo que está haciendo nuestro presidente, Alberto Fernández, hablando ya con los líderes mundiales para que haya esa mirada distinta y puedan entender que nuestros países, en algunos casos, tienen ya economías comprometidas por exceso de inversión para atender la emergencia sanitaria.
El caso de la Argentina, por ejemplo, no pudo acceder a créditos, tuvo que arreglarse con emisiones, cuidar el dólar y adoptar una serie de medidas para poder responder a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Pudimos hacer mucho, hoy cerca del 50% de la población está siendo asistida por algún tipo de subsidio o beneficio. Lo que planteamos es que los países que necesitan, puedan acceder a los créditos.
Tenemos un gran abanderado en todo esto, que es el Papa Francisco. También me generó una cuota de optimismo el discurso del presidente de los Estados Unidos, ante el Congreso norteamericano, sobre medidas distintas a las que veníamos escuchando de su predecesor, tendiendo a mejorar la calidad de vida del ciudadano de clase media para abajo. También la mirada hacia los migrantes.
–En el marco de la pandemia el comercio internacional no paró. ¿Cuál es el volumen comercial entre Argentina y Paraguay?
–La balanza comercial cerró el 2020 con un déficit a favor de Paraguay, cerca de 1.300 millones de dólares a favor de Paraguay. Argentina es prácticamente el mayor importador de todos los productos granarios. Eso tiene un impacto muy fuerte. Algo de USD 2.250 millones fue lo que Argentina compró y cerca de USD 1.000 millones, fue lo que vendió a Paraguay. Ese déficit ya está traducido también en este primer cuatrimestre, con una diferencia de cerca de USD 700 millones a favor de Paraguay.
Entrevista a ÓSCAR DOMINGO PEPPO, Embajador de la República Argentina
Binacional Ambos países deben definir forma de auditar. El tratado no permite actuación unilateral.
PANDEMIA. Salida debe plasmarse en un programa intensivo de vacunación en lo que resta del año.
Las binacionales tienen el carácter de organismos internacionales. La intromisión de un país, en forma unilateral, es imposible.
En la Argentina no hay una asistencia social tan fuerte por parte de Yacyretá, como acá. Allá se traduce más en obras.
Está muy avanzado un proyecto para que en junio se inicie la fabricación de la vacuna rusa, Sputnik V en Argentina.