La nueva política de la FINA fue aprobada con el 71% de los votos de los 152 miembros en su congreso general extraordinario.
La FINA también intentará establecer “una categoría abierta” en las competiciones para los nadadores, cuya identidad de género sea diferente a su sexo de nacimiento.
La resolución llega cuando la natación se ha visto sacudida por una polémica referente a la nadadora transgénero estadounidense Lia Thomas, quien hasta 2019 compitió como hombre y formó parte del equipo masculino de Pensilvania.