Encender la chispa de la creatividad, el pensamiento crítico y el trabajo en equipo. Así se puede resumir el objetivo de la tercera edición del Asunción Mini Maker Faire, la feria de creadores más grande del mundo que se realizó ayer en el Shopping Mariscal.
El evento, organizado por la Embajada de los Estados Unidos, el Colegio del Sol y Stael Ruffinelli de Ortiz-English, reunió a unos 30 makers o stands, compuestos por institutos, colegios y organizaciones civiles en general, donde los visitantes –chicos y grandes– pudieron pasar del asombro a experimentar un contacto novedoso y motivador con las ciencias en sus distintas vertientes.
Desde armar una imagen en 3D, crear una animación digital –con la app Stop Motion– usando objetos manuales, pasando por la experiencia de trabajar con sombras y luces en una atmósfera de imaginación lúdica hasta fabricar su propio juego de mesa con cartones, basura tecnológica y otros materiales reciclables. Cosas como esas encontraron las miles de personas, en su mayoría niños, niñas y jóvenes acompañados de sus padres, que ayer se acercaron a esta actividad.
Al ingresar, recibían una especie de hoja de ruta para completar retos en cada uno de los stands que figuraban en el mapa y que contemplaba un premio al finalizar.
Entusiasmados, los padres guiaban a sus hijos –y viceversa– en el recorrido, tomando contacto con cada uno de los desafíos que implicaban tocar, pensar, crear y, en algunos casos, colaborar y trabajar en equipo. “La feria busca instar en los jóvenes la idea de construir y crear con las propias manos. Ahora tenemos la cultura de que se compra todo, pero hay tantas cosas que se pueden hacer en la casa con tus propios materiales, así fomentar la creatividad en los niños y el pensamiento crítico, que son elementos muy importantes en la educación”, afirmó Kathleen Guerra, directora de Prensa, Cultura y Educación de la Embajada de EEUU en Paraguay. En esta edición –dijo– esperaban superar la cantidad de visitantes que el año pasado fue de 3.000 personas.