Roger Federer, que por primera vez en cinco ediciones jugó el US Open, su más exitoso torneo de Grand Slam como número 2 del mundo, se redimió plenamente.
Con un tenis de alta escuela arrolló literalmente 6-2, 7-5 y 6-2, en menos de dos horas de juego al escocés Andy Murray que sintió el peso de jugar y ante semejante adversario una final de Grand Slam que natura trasladó a un lunes luego de 21 años.
Roger ya tuvo la primera oportunidad de quiebre en el cuarto game. Pero el escocés la levantó rápido y acto seguido igualó el score 2-2.
En el siguiente servicio el británico cedió otro doble punto de break. El helvético esta vez no falló y se adelantó 4-2. Con su infalible saque avanzó 5-2 y cerró un impecable capítulo con otro requiebre perdiendo solo cinco puntos con su servicio en todo el set.
En el segundo chico produjo la tercera rotura consecutiva del servicio de Andy. Pero éste le devolvió la “gentileza” en el tercer game.
Estuvo incluso con triple ventaja en el siguiente servicio de su rival. Sin embargo, dejó escapar la ocasión y siguió la paridad imponiendo ambos sus saques hasta que Roger halló el momento oportunísimo para otro decisivo requiebre: el punto 12 que se adjudicó y cerró así 7-5 la manga más dura y equilibrada que casi representó la mitad del partido.
El escocés acusó el impacto y su reposición fue quebrada otras dos veces con lo que el ahora pentacampeón de Nueva York se ubicó 5-0 adelante. Ahí, con más corazón que tenis, Murray produjo una levantada que sólo sirvió ya para maquillar mejor su derrota. Incluso alcanzó tres games seguidos con un quiebre incluido. Pero la desventaja era demasiado grande.
Y Federer, que en toda la temporada no había conseguido ningún título de Grand Slam, no desaprovechó la gran ocasión y finiquitó el pleito a su favor en el noveno game.
Quien hasta ayer no había podido alzarse con un cetro en hardcourt en todo el año (sólo ganó en la arcilla de Estoril, Portugal y en la hierba Halle, Alemania) y venía de perder dos finales con Nadal (Roland Garros y Wimbledon) y el título de número 1, cual Ave Fénix se supo levantar ante tanta adversidad y defender los puntos que había alcanzado en la temporada anterior.
Curiosamente el español, que fue el gran perdedor en Nueva York, amanecerá mañana en el ordenador de ATP con 300 puntos más de ventaja sobre Roger y más sólido número 1, después no solo de defender lo alcanzado en el 2007 sino superar dos etapas.
El tenis británico desperdició con Murray la oportunidad que volvió a presentársele de ganar un título en Nueva York después de 72 años. El mítico Fred Perry fue el último campeón en 1936.
ES MÁS REY QUE NUNCA EN NUEVA YORK
