Se trata del noveno aumento de los tipos en un año para combatir la inflación, aunque es menor que el anticipado por la Fed, que había hablado de acelerar el ritmo de las subidas cuando todavía no había estallado la crisis bancaria.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, que tomó la decisión tras una reunión de dos días, aseguró que el “sistema bancario de EEUU es sano y resistente”. “Es probable que los acontecimientos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y empresas, y que pesen en la actividad económica, la contratación y la inflación. El alcance de estos efectos es incierto. El comité sigue muy atento a los riesgos de la inflación”, dijo en la nota.
Auguró además que “puede ser adecuado un cierto endurecimiento adicional” de su política monetaria para lograr su objetivo de inflación, aunque subrayó que seguirá vigilando las repercusiones que pueda tener. Hace dos semanas, la pregunta que se hacían los expertos era si la Fed incrementaría esta vez 0,25 o 0,5 puntos los tipos de interés, pero todo cambió con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, cuya situación financiera empeoró por la política monetaria del organismo, hasta el punto que se había especulado con la posibilidad de que el banco central pausara las subidas.
Finalmente, la Fed ha decidido continuar con los aumentos, ya que la inflación en EEUU todavía está muy por encima de su objetivo del 2% y con un mercado laboral robusto. En febrero, la inflación en el país se situó en el 6% interanual, su tasa más baja desde setiembre de 2021, tras bajar cuatro décimas respecto a enero.
Ante el panorama actual, los principales responsables económicos del país, y en particular la secretaria y el presidente del Tesoro, Janet Yellen y Jerome Powell, respectivamente, han tratado de asegurar a los ciudadanos y a los mercados que la situación no desembocará en una crisis financiera. EFE