Nicolasa Ortiz (75), Noelia Ortiz y Gladys Ruiz Díaz de Ortiz (65) son algunas de las promeseras de la caravana de carretas de la familia Ortiz; oriundas de Sapucái, que encabezan –por fe y por tradición– la peregrinación cada año en la ruta Pirayú-Caacupé hasta la Basílica de la Virgen.
Tres carretas y cuatro familias emprendieron la travesía en la madrugada del 3 de diciembre desde Sapucái, Departamento de Paraguarí, hasta Pirayú. Las tres carretas tiradas por seis bueyes encabezaron la peregrinación de más de 37 kilómetros, junto con los promeseros que caminaron –con paradas de por medio– hasta el punto de partida en Pirayú. La familia se instaló en el campamento a la madrugada del 4 de diciembre. “Es la tradición de la familia Ortiz de más de 100 años”, cuenta Gladys Ruiz Díaz de Ortiz, sentada bajo la sombra de un árbol, en un campamento improvisado en el patio de una familia solidaria en Pirayú. Las tres carretas reposan, mientras los bueyes pastan al costado de la ruta. Nicolasa Ortiz corta verduras. A su lado, en una olla hierve el agua. Ella prepara el caldo de pollo para el almuerzo. No pierde la concentración para relatar que “la tradición” tiene origen con las bisabuelas. Nicolasa se jacta de que ella y su marido, Anselmo Ortiz (78), son los más longevos que siguen con la tradición. La familia Ortiz hará hoy a la madrugada la peregrinación desde Pirayú hasta Caacupé, explica Noelia. “Tratamos de no caminar durante el día por el calor”, dice. El punto de partida tradicional es Pirayú. A primeras horas, cargarán las carretas con las provistas, el pasto, los bidones de agua, los colchones, las frazadas y los canastos con comida para el viaje de más de 10 kilómetros que durará casi tres horas. Los promeseros caminan junto a la carreta. Los niños y ancianos, a veces, van en auto junto a la caravana. Los promeseros piden por la salud de la familia, y más allá de cumplir con la promesa, mantienen la tradición por fe y devoción. “Es un poco una tradición de la familia, en la que, por ejemplo, nos reunimos, es como un compartir familiar. Agradecemos a la Virgen por la salud”, relata Gladys. La familia –conformada por 25 miembros– arribará a Sapucái recién el 8 de diciembre, tras la misa. Gladys cree que los niños y jóvenes de la familia seguirán con la tradición de peregrinar en carretas hasta Caacupé. PROMESEROS
Tras una travesía de dos días, la familia Gastón-Vargas –de la zona de Mbatovi, Departamento de Paraguarí– arribó ayer hasta la Basílica de la Virgen de Caacupé en ocho carretas. Marisa Carvallo, Daniel Vargas y Mario Vargas se refrescaban en la sombra tomando tereré. Los promeseros también hicieron la ruta Pirayú-Caacupé. “Es una tradición y a la vez una promesa”, dice Marisa y rescata la fe y devoción de la familia que persiste hace más de 100 años con la tradición. El pedido principal de los Vargas-Gastón es la salud, cuenta. Mario Vargas –encargado de comandar la carreta– dice que los bueyes tienen nombres. Se llaman Nilo y Gaucho. Relata que hace tres años forman parte de la tradicional caravana, ya son como parte de la familia. Ellos prevén retornar hoy a Paraguarí. Hoy, la caravana de los promeseros seguirá ascendiendo la loma de Caacupé, como dice la tradicional música a la Virgen de Caacupé, que cada día recibe a más fieles.
CAMINO A LA VILLA SERRANA
DEVOTOS. Familias de Paraguarí persisten con la travesía en carreta para cumplir con las promesas a la Virgen de Caacupé.