Alegaron que sus seres queridos fueron víctimas y no estaban implicados en hechos ilícitos.
“Yo diría que fue asesinado, él no tenía nada que ver con el conflicto”, manifestó un hombre que no quiso revelar su identidad, pero afirmó ser hermano de Mario González, uno de los fallecidos.
Admitió que González era dueño del vehículo Fiat Strada en que se movilizaban los supuestos sicarios. Señaló que su hermano poseía una bodega y un camión que hacía trabajar en fletes. En cuanto a armas, señaló que su hermano tenía una escopeta de un tiro, que solía utilizar en la cacería.
Según la Policía, el rodado de la marca Fiat llevaba varias bombas cazabobos.
El otro grupo se movilizaba en una camioneta Toyota Fortuner, que llevaba 28 paquetes de marihuana, de acuerdo con lo que menciona el informe policial.
Por su parte, el padre de Milciades Díaz Vera, otro de los fallecidos que no cuentan con antecedentes, aseguró que su hijo no es un “malandro”.
Para los intervinientes, las personas abatidas se dedicaban al sicariato y al tráfico de drogas y tenían conexiones con Marcio Sánchez alias Aguacate, considerado traficante de drogas.