El fútbol está de duelo. Falleció ayer el Mariscal José María Ocampos, una gloria del club Nacional, nuestras selecciones y equipos de Sudamérica.
Nació en Asunción el 19 de marzo de 1921. Se inició en el club Nacional con el que fue campeón en 1942 y 1946.
Después del Sudamericano de 1947 en Guayaquil, en el que fue elegido el mejor volante mixto del torneo, pasó a Racing de Avellaneda, donde jugó hasta 1949.
Ese año se enroló al equipo de Boca Juniors de Cali (Colombia), donde militaban numerosos paraguayos conducidos por Miguel Ortega.
El equipo formaba así casi todos los encuentros: Pablo Centurión, Gerónimo Pereira y Víctor Vega; Rogelio Negri; José Ocampos y Carlos Arce; Ángel Berni, Atilio López, Francisco Solano Patiño; Alejandrino Genes y Juan León Cañete.
Fue dos veces vicecampeón y considerado el mejor jugador en su puesto del fútbol colombiano. Terminó su carrera de atleta en 1952 en filas del Boca Juniors para abrazar la dirección técnica y dirigir a la Liga Deportiva de Quito, Ecuador, con la que fue subcampeón en 1955 y 1956.
En 1963 organizó un equipo amateur con jugadores del Ejército ecuatoriano para lo cual recorrió todos los cuarteles del país reclutando a los mejores futbolistas. Así nació el Mariscal Sucre (y el mote propio de Mariscal). Fue campeón invicto de Ascenso. En 1964 y 1965, ya en el profesionalismo, fue vicecampeón. Desde 1966, la entidad lleva el nombre de El Nacional. En las temporadas 66 y 67 dirigió a la Liga Deportiva Universitaria, y en 68 y 69 a El Nacional.
A raíz de una grave y terminal dolencia de su esposa, volvió con ella al Paraguay y no volvió a dirigir.