AFP, EFE y REUTERS
WASHINGTON - EEUU
Paul Manafort, el ex jefe de campaña del presidente Donald Trump, acordó cooperar ayer con la investigación especial sobre una posible colusión con Rusia en las elecciones de 2016.
En un acuerdo para evitar un segundo juicio por lavado de dinero y por participar en grupos de presión ilegales, Manafort acordó declararse culpable de conspiración contra EEUU y de obstrucción a la justicia. Manafort podría ser sentenciado a una pena de hasta 10 años de prisión como parte del acuerdo y se le confiscarán cuatro propiedades valoradas en millones de dólares, varias cuentas bancarias y pólizas de seguro.
La Fiscalía anunció que el juez cambió el motivo de una audiencia sobre el caso, pasando de ser preparatoria del juicio del 24 de setiembre a versar sobre un acuerdo entre ambas partes.
Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del ex presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo a las autoridades, lo que constituye un crimen.
Manafort fue despedido de la campaña de Trump el 19 de agosto de 2016, luego de que investigadores del nuevo gobierno ucraniano revelaran archivos mostrando pagos secretos en efectivo de Yanukovich a Manafort por un valor de 12,7 millones de dólares.
Esta vuelta de tuerca se produce en un momento en que la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre una posible colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia aumenta la presión sobre la Casa Blanca.
Mueller investiga desde mayo de 2017, de manera independiente al Gobierno, los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin, al que las agencias de inteligencia acusan de interferir en los comicios de 2016.
SE DESLIGA DEL CASO. La Casa Blanca marcó distancias entre el presidente Trump y el acuerdo alcanzado por el ex jefe de su campaña electoral, Paul Manafort, con la Fiscalía especial en la investigación sobre la trama rusa.
“Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente o con su exitosa campaña presidencial de 2016. No está relacionado en absoluto”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.