El novio tarda en llegar y todas se adormilaron. A medianoche se anuncia la llegada del novio; entonces las vírgenes necias se dan cuenta de que no tenían aceite para las lámparas y se lo piden a las prudentes. Pero estas responden que no pueden dárselo, porque no habría suficiente para todas. Mientras las necias van en busca de aceite, llega el novio; las vírgenes prudentes entran con él en la sala del banquete y se cierra la puerta. Las cinco necias regresan demasiado tarde, llaman a la puerta, pero la respuesta es: «En verdad os digo que no os conozco».
¿Qué quiere enseñarnos Jesús con esta parábola? Nos recuerda que debemos permanecer listos para el encuentro con Él. Muchas veces, en el Evangelio, Jesús insta a velar y lo hace también al final de este relato. Dice así: «Velad pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».
Pero con esta parábola nos dice que velar no significa solamente no dormir, sino estar preparados; de hecho, todas las vírgenes se duermen antes de que llegue el novio, pero al despertarse algunas están listas y otras no. Aquí está, por lo tanto, el significado de ser sabios y prudentes: se trata de no esperar al último momento de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino de hacerlo ya ahora. Sería hermoso pensar un poco: un día será el último. Si fuera hoy, ¿cómo estoy preparado, preparada? Debo hacer esto y esto… prepararse como si fuera el último día: esto hace bien.
La lámpara es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe. La condición para estar listos para el encuentro con el Señor no es solo la fe, sino una vida cristiana rica en amor y caridad hacia el prójimo. Si nos dejamos guiar por aquello que nos parece más cómodo, por la búsqueda de nuestros intereses, nuestra vida se vuelve estéril, incapaz de dar vida a los otros y no acumulamos ninguna reserva de aceite para la lámpara de nuestra fe; y esta —la fe— se apagará en el momento de la venida del Señor o incluso antes. Si en cambio estamos vigilantes y buscamos hacer el bien, con gestos de amor, de compartir, de servicio al prójimo en dificultades, podemos estar tranquilos mientras esperamos la llegada del novio: el Señor podrá venir en cualquier momento, y tampoco el sueño de la muerte nos asusta, porque tenemos la reserva de aceite, acumulada con las obras buenas de cada día. La fe inspira a la caridad y la caridad custodia a la fe.
Atendiendo al reciente aniversario de la fundación del Opus Dei, se extractará semanalmente preguntas y respuestas para conocer mejor a esta institución de la Iglesia Católica.
¿Quiénes pueden pertenecer al Opus Dei? “Fieles católicos adultos, hombres y mujeres de cualquier cultura, nacionalidad, condición social y nivel económico, que perciben que Dios les llama a servirles plenamente en medio del mundo y responden libremente a esa llamada: en efecto, la incorporación al Opus Dei es siempre un compromiso de amor en respuesta a una vocación divina. Actualmente pertenecen al Opus Dei más de 85.000 personas”.
Asimismo, cada domingo extractaremos algunas frases de la Exhortación Apostólica Gaudete Et Exsultate del papa Francisco sobre el llamado a la Santidad en el Mundo Actual, que nos pueda ser útiles en este momento de pruebas. A contracorriente…66. Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad será solo palabras. Recordamos ahora las distintas bienaventuranzas en la versión del evangelio de Mateo (cf. Mt 5:3-12)[67]. … «Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos».
(Frases extractadas de http://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2017/documents/papa-francesco_angelus_20171112.html, https://opusdei.org/es-es/faq/ y //www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html)