Marian Quiroga
Ser descendiente de un gran artista no es poca cosa. María Esperanza Ortiz Maidana, hija del renombrado artista nacional Demetrio Ortiz, lleva consigo un legado que trasciende el talento artístico de su padre. Según comenta, la herencia más importante que él le dejó fue su profundo sentido de patriotismo, un legado intangible que la inspira en su vida cotidiana y en su propia relación con el arte y la cultura.
“Mi padre dedicó su vida haciendo valorar la cultura del Paraguay. Él desarrolló el arte nacional en varias facetas como músico, compositor, poeta, dramaturgo, coreógrafo, bailarín y docente”, rememoró.
Con mucho esfuerzo, en tiempos y situaciones difíciles, Demetrio Ortiz siempre estuvo convencido de que la riqueza cultural del país era invaluable. A lo largo de su vida, ayudó y colaboró incansablemente con sus colegas del arte y con todos sus compatriotas, sin banderías políticas, demostrando un compromiso inquebrantable con la unidad y el desarrollo cultural de su nación.
Amplia carrera
María Esperanza Ortiz Maidana no solo lleva consigo el legado artístico y patriótico de su padre, sino que también ha construido una impresionante carrera en el campo de la medicina. Es doctora en medicina con título de la Universidad de Buenos Aires y especialista en Ginecología y Obstetricia. Además, ha desempeñado un papel importante en la educación médica como docente en la Facultad de Medicina de Asunción (UNA).
Su dedicación la llevó a ser becaria del Organismo Internacional de Energía Atómica, lo que resalta su compromiso con la investigación y el avance.
“Me he dedicado siempre a mi profesión. Jubilada del Ministerio de Salud Pública (MSP) después de 33 años de ejercicio de la profesión, todavía estoy activa en el Instituto de Previsión Social (IPS). En el ámbito personal, estoy divorciada y tengo dos hijos varones adultos con quienes vivo. Nos queremos y respetamos mucho”, comentó.
Homenaje
La canción paraguaya más emblemática en el mundo, Recuerdos de Ypacaraí sirvió de inspiración para llevar a cabo el festival del Lago Ypacaraí. Para obtener la autorización necesaria para este noble objetivo, una delegación encabezada por el presidente de la comisión organizadora viajó a Buenos Aires, Argentina, donde residía don Demetrio Ortiz. Él estuvo muy de acuerdo en incentivar la música folclórica entre la juventud paraguaya, así como en dar oportunidad a nuevos talentos del arte folclórico nacional. Además, permitió que se premiara a estos nuevos valores con el trofeo Recuerdos de Ypacaraí, consolidando así su compromiso con la cultura y el arte de Paraguay.
Para María Esperanza, el festival es un hermoso homenaje a su padre, una celebración que inmortaliza su legado y su amor por la música folclórica paraguaya.
“Es un reconocimiento de grandes amigos a quien, gracias a una verdadera historia de amor vivida en San Bernardino, en el verano de 1946, posicionó al Paraguay y al Lago de Ypacaraí en una hermosa guarania que sigue vigente en todo el mundo desde hace 75 años”, señaló.
Para ella, es un gran orgullo que se haya convertido en un importante festival internacional y, sobre todo, que haya dado oportunidad a tantos valores musicales emergentes, que fue uno de los objetivos que su padre aprobó para que se otorgue el mencionado y renombrado premio.
Fundación
Actualmente, se desempeña como presidenta de la Fundación Demetrio Ortiz. Gracias a la colaboración de sus miembros, quienes están profundamente involucrados en la cultura, está liderando proyectos que custodian y perpetúan el legado de su padre y el de los músicos de la época de oro de la cultura paraguaya en Buenos Aires. Además, la entidad reconoce y apoya a numerosos artistas nacionales actuales, tanto consagrados como emergentes de la nueva generación.
El último proyecto de la fundación consistió en grabar y filmar por primera vez en la historia musical del Paraguay guaranias en el estudio más famoso del mundo, Abbey Road en Londres, Reino Unido. Bajo la dirección del maestro Sergio Cuquejo, en esta ambiciosa propuesta se contó con la participación de destacados artistas nacionales.
Esta iniciativa se suma a los esfuerzos continuos en la promoción y preservación del legado cultural del Paraguay, incluyendo la declaración del género musical creado por José Asunción Flores como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Aunque María Esperanza no se considera una gestora cultural, aplaude la labor de todos los gestores culturales que con entusiasmo y esfuerzo se dedican a difundir y valorar el arte nacional. Reconoce la importancia de su trabajo en enriquecer y preservar la cultura, destacando su dedicación y pasión por promover el patrimonio artístico de Paraguay.