David Ngwerume, escultor y abogado utiliza su arte para impulsar la vacunación contra el Covid-19 en Zimbabue. “Con la pandemia empecé a pensar cuál sería la mejor forma de involucrarme en lo que sucedía, nosotros, como humanidad, debemos hacer campaña: Mostrarle a la gente que las vacunas funcionan”, destaca a EFE
Entre sus últimas obras, destaca la escultura Brazos, en la que de la mitad de un busto de mujer, cuyo rostro aparece cubierto con una mascarilla, emerge un hombro desnudo a punto de ser vacunado por dos manos sin cuerpo que sostienen una jeringuilla.
Otra obra muestra a una mujer cuya cabeza está tallada con la forma del continente africano y que también porta una mascarilla protectora. La piedra negra y pulida, salpicada de motas grisáceas, es springstone, un tipo de roca serpentinita y uno de los muchos minerales locales -junto al ópalo, la cromita o la lepidolita- que usa Ngwerume en sus creaciones.
Significativo. Estas y otras esculturas han tocado la fibra sensible tanto de compradores en todo el mundo -interesados en sus nuevas piezas anti-Covid- como de muchos de sus compatriotas; mientras el coronavirus continúa expandiéndose con más de 38.000 contagios.
“Descubrí en mí un creciente deseo de crear algo artístico que lograra transmitir un mensaje”, explica este creador. “Eso es en lo que creo: que el buen arte debe inspirar a las personas”, dice. Muchos temen una inminente tercera ola de la enfermedad, mientras aguardan el programa de vacunación masiva. EFE