Ruiz Díaz, quien se desempeña como el jefe de cirugía del citado centro médico, sigue reportando a nuestro diario permanentes informes sobre la situación en la zona, en donde se encuentra desde hace 7 años.
El profesional paraguayo, que ya que estuvo como voluntario en Haití tras el sismo en 2010, dice que poco a poco la situación se está volviendo normal, aunque el dolor es inmenso para los sobrevivientes del fenómeno.
LA TAREA SIGUE SIENDO DIFÍCIL. “El trabajo de nosotros continúa sin pausas, pero estamos orgullosos por la tarea que prestamos a las víctimas dentro de las necesidades que siguen. El dolor de esta gente es muy grande y más que los 7.000 muertos las supervivientes viven dentro de las precariedades y de lo que le alcanzan las ayudas que hay llegado a la región”, dijo.
“En nuestro distrito hay casi 100.000 casas destruidas y la posibilidad de recuperación económica es sumamente remota. No me gustaría ver a nuestro país en una situación como esta y, por lo tanto, sigo pidiendo a los compatriotas que recuerden en sus oraciones a esta gente a la que quiero mucho”, agregó Ruiz Díaz.
El compatriota, que se encontraba en la zona, cuando se produjo el sismo, el pasado día 27 de abril y con anterioridad trabajó en hospitales misioneros, como el Hospital Adventista de Asunción, vivió un gran momento de alegría días pasados, cuando recibió la visita de otro compatriota, residente en el Brasil, el doctor Santiago Servín, con quien tiene una amistad de años.
fue una muy AGRADABLE VISITA. “La visita de Servín fue breve, pero me dio renovadas ganas de seguir trabajando aún más por las víctimas, además este querido amigo me trajo una bandera nacional, que me ha entregado para tenerla aquí en el centro de mis funciones y definitivamente esto parece que aumentó mis ganas, aunque no puedo negar que ya estuve en otros puntos del mundo en donde se produjeron situaciones de este tipo”, comento Ruiz Díaz.
“He trabajado con un equipo de cirugía en Haití, y la verdad es que hemos hecho un trabajo con mucha dedicación dando lo nuestro”, aclaró.
Los médicos del Hospital Memorial Scheer de Nepal, entre los que se encuentra Ruiz Díaz, estaban a punto de almorzar cuando comenzaron a sentir el temblor del pasado 27 de abril, sin imaginarse la gravedad de la situación. “Inmediatamente todo el equipo se dirigió al hospital y empezaron a llegar las primeras víctimas”, comentó el profesional de blanco que trabaja más de 15 horas al día.