Cáncer, accidentes cerebrovasculares y afecciones cardiacas. Este tridente es el principal responsable de los decesos en las Américas, según los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según los últimos índices del organismo, en toda la región la tasa de mortalidad por enfermedades no transmisibles es del 427,6 por cada 100.000 habitantes.
Esa cifra es siete veces superior a las que se registran por enfermedades transmisibles (infecciosas). Estas afecciones causan 59,9 decesos por cada 100.000 personas.
El país no escapa de esta realidad. El tabaquismo, la obesidad, la concentración anormal de grasa en la sangre, la hipertensión, el sedentarismo, la alimentación no saludable y el alcoholismo se conjugan como factores de riesgo de estas enfermedades.
Según los datos del Ministerio de Salud, durante el 2017 el 18,9% de las defunciones fueron a causa de enfermedades del sistema circulatorio.
En tanto que el 8,7% tuvo como causante al cáncer. El 8,15% correspondió a dolencias cardiovasculares.
Por otro lado, el 8,7% de los fallecimientos se produjeron por enfermedades respiratorias crónicas y el 7,5% están asociados a la diabetes.