¿De qué se trata?
La chikungunya es una enfermedad desencadenada por un virus del género Alfavirus, de la familia Togaviridae. El agente infeccioso se aisló por primera vez en 1952, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando ocurrió una epidemia en Tanzania, África. Recién entre 2006 y 2011 se reportaron casos en Estados Unidos, Brasil y el Caribe. La palabra “chikungunya” proviene de la lengua makonde, hablada por un grupo étnico africano del mismo nombre, y significa “el que se encorva”. Esto se debe al dolor que provoca en las personas que la padecen.
Modo de transmisión
El virus utiliza al Aedes aegypti y al Aedes albopictus como vectores o medios de transporte. Cuando el mosquito pica a una persona infectada, y luego de transcurridos 10 días, esta se convierte en portadora. Al picar a una persona sana, transmite la enfermedad. Aparte de los humanos, otros reservorios del virus son los primates, roedores, aves y algunos mamíferos pequeños, de acuerdo al informe Preparación y respuesta ante la eventual introducción del virus chikungunya en las Américas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Incubación y cepas
Después de la picadura del mosquito portador del virus chikungunya, hay un periodo de incubación que se extiende de dos a 10 días, aunque lo habitual es de tres a cinco días, señala el infectólogo Antonio Arbo. “Hay varias cepas, como la asiática, la del sudeste asiático, las cuales experimentan cambios y a veces se vuelven más agresivas, pero la respuesta del sistema inmunitario es similar para todas ellas. No es como el caso del dengue, que cuenta con cuatro serotipos, en la chikungunya existe un solo tipo que tiene algunas variaciones genéticas”, especifica.
Aparición de los síntomas
Pasado el tiempo de incubación surgen los primeros síntomas, que se caracterizan por la fiebre alta (superior a los 39°C grados) y súbita —que se presenta entre el 19 y 100% de los casos agudos—, dolor, inflamación y sensibilidad de las articulaciones, especialmente en las manos, las rodillas y la cadera. Estas molestias también están acompañadas por “el enrojecimiento de la piel, conocida como exantema, que suele aparecer precozmente, dentro del primer a segundo día”, indica Arbo. En algunos casos, los infectados con chikungunya también presentan cefalea, dolor muscular, molestias en la espalda, náuseas y vómitos.
Duración del virus
“Los síntomas persisten de siete a 10 días en la forma aguda. Pero prácticamente la tercera parte de los afectados tienen una especie de recaída, en la que siguen inflamándose las articulaciones, y eso puede extenderse por tres meses. Después de ese tiempo, se estima que entre el 12 y el 20% de los pacientes siguen teniendo síntomas hasta los dos años. La inflamación de las articulaciones, básicamente, queda como una artritis”, afirma el infectólogo.
Diferencia con el dengue
Los síntomas de la chikungunya y los del dengue son similares, sin embargo existen diferencias claves. El mayor temor que produce el dengue es el riesgo de muerte en su forma grave. Este no es el caso de la chikungunya, pero sí la fiebre y el dolor en las articulaciones son más intensos e invalidantes y la persona incluso puede doblarse al caminar debido al dolor. “El enrojecimiento de la piel aparece precozmente en la chikungunya, a diferencia del dengue, en que se presenta después de tres o cuatro días. El dolor retroocular es propio del dengue y poco frecuente en la chikungunya, y cuando se trata de dengue, no se produce inflamación en las articulaciones”, explica el médico.
Sin vacuna
Al tratarse de un virus, el tratamiento es sintomático, no existen vacunas ni medicamentos especializados. Así que las recomendaciones básicas son “el reposo y la toma de antinflamatorios. A diferencia del dengue, en el que no se deben utilizar, en esta enfermedad sí se pueden usar los antiinflamatorios no esteroideos. Sin embargo, ante la duda, se debe usar solamente paracetamol”, dice el profesional. Además, la fiebre y las altas temperaturas hacen que el organismo pierda líquidos, por lo que se aconseja hidratarse adecuadamente. La buena noticia es que una vez que se contrae el virus, el cuerpo genera inmunidad, que lo protege ante una reinfección.
Posibilidad peligrosa
“Sí es posible contraer dengue y chikungunya a la vez, si es que los dos virus circulan al mismo tiempo”, manifiesta el médico, quien además agrega que “habitualmente no son epidemias concomitantes”. Entre los signos de alarma se encuentran: fiebre persistente, dolor abdominal, vómitos continuos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, disminución de la producción de orina y sangrado por cualquier orificio, según la OMS. Ante cualquiera de estos síntomas, acudir inmediatamente al médico.
Grupos de riesgo
Como muchas otras afecciones, el virus puede resultar más dañino para personas mayores de 65 años y neonatos, para los diabéticos o aquellos que tengan el sistema inmunitario debilitado. También se registraron casos de mujeres embarazadas afectadas con la chikungunya, que días antes del parto presentaron fiebre y transmitieron a sus hijos la infección. El profesional afirma que en pocos casos existen complicaciones como meningitis, encefalitis, laberintitis o hepatitis.
Prevención
Las medidas de prevención son las mismas que para el dengue: eliminar y controlar los criaderos de mosquitos. Ejemplos: no conservar recipientes con agua en el exterior, evitar la acumulación de basuras y usar repelentes y mosquiteros.
Texto: Natalia Ferreira Barbosa / Foto: Fernando Franceschelli.