“Compete a los aquí presentes, a quienes están alrededor de esta mesa, la tarea impostergable de acabar con esta lacra que avergüenza a la humanidad”, dijo el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante el encuentro de las principales economías del mundo.
Tras el lanzamiento, la Argentina de Javier Milei se sumó a la causa. El país sudamericano era el único miembro del G20 que no se había adherido.
Un total de 66 organizaciones internacionales, incluidas la Unión Europea y la Unión Africana, también forman parte de la propuesta.
El proyecto, una iniciativa de Lula da Silva, pretende erradicar el hambre y la pobreza de aquí a 2030, así como reducir las desigualdades.
El reto es enorme, ya que 733 millones de personas padecieron hambre en 2023, es decir, el 9% de la población mundial, según el último informe presentado en julio por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras agencias de la ONU.
Más allá del marco del G20, la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza se propuso reunir a países de todo el mundo e instituciones internacionales para liberar recursos financieros o replicar iniciativas que funcionan a nivel local.
“Erradicar el hambre y la pobreza no es tan difícil, y el coste no es tan prohibitivo. La experiencia ha demostrado al mundo que funciona (...), es una cuestión de voluntad política”, manifestó Wellington Dias, ministro de Desarrollo Social de Brasil, en una nota.
Las negociaciones llevan varios meses en marcha y ya se han asumido compromisos concretos.
El viernes, el BID anunció una contribución en financiamiento de hasta 25.000 millones de dólares para apoyar programas “destinados a acelerar los avances en la lucha contra el hambre y la pobreza entre 2025 y 2030”.
En concreto, la Alianza se propone atender a 500 millones de personas en naciones de baja y mediana renta con programas de transferencias de ingresos, ampliar la alimentación escolar de “alta calidad” a 150 millones de niños en naciones con pobreza infantil y hambre endémica, y ayudar a los pequeños agricultores.
SISTEMA EN CRISIS. El gobierno de Milei aclaró que no obstaculizó la declaración final de la Cumbre de Líderes del G20, pese a que no acompaña los puntos vinculados a la Agenda 2030, pero pidió reconocer que el sistema de cooperación internacional está “en crisis”. El Gobierno argentino “firmó la declaración de presidentes disociándose parcialmente de todo el contenido vinculado a la Agenda 2030”, anunció un comunicado de la Oficina del Presidente de la República Argentina (OPRA).
Entre los puntos que Milei no apoya, están “la promoción de la limitación de la libertad de expresión en las redes sociales”, “el esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global”, el “trato desigual ante la ley” y la “noción de que la intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”.