Wilson Ferreira
CIUDAD DEL ESTE
La acentuada crisis comercial que afecta al comercio de Ciudad del Este golpea con dureza al sector más vulnerable. Según estimaciones, unas 2.500 personas perdieron sus puestos de trabajo en lo que va del año, y no hay perspectiva que el escenario cambie en lo que resta del 2018, por lo que ya lo dan como por un año perdido.
Los brasileños son los principales consumidores de las tiendas que operan en Ciudad del Este y cualquier impacto económico que les afecte en el poder de compra golpea directamente, y con fuerza, al comercio de frontera en el lado paraguayo y eso tiene sus consecuencias.
“Definitivamente que sí, fue lo último que se quería hacer, pero cuando pasa así un periodo muy largo de crisis se vuelve insostenible y se debe recurrir a la disminución de personal. Serían unas 2.500 personas las que perdieron el trabajo hasta ahora creo yo de acuerdo a los porcentajes que manejamos”, explicó Juan Ramírez, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Ciudad del Este.
MAYOR. El empresario señaló que la cantidad podría haber sido mucho mayor si se compara en el porcentaje de la caída comercial, que supera el 50% en relación al año anterior. “Pero se tiene mucha esperanza y se trata de mantener a esa gente tan importante que trabaja con nosotros, que tienen el conocimiento y uno a veces actúa de una manera no tan lógica y fría y se ve el lado humano de los empresarios”.
Que el comercio de Ciudad del Este vive de los compradores no es ningún secreto, por lo que todo lo bueno o malo que le ocurra al consumidor brasileño tiene sus consecuencias positivas o negativas en el comercio local. “Todo empieza con la cuestión política y su consecuencia en el aspecto económico del Brasil, que resulta en una devaluación del real (moneda brasileña)”, analiza Ramírez.
“Es una cadena de efecto, que empieza con la corrupción y eso después tiene su impacto en la política, que afecta en la credibilidad en el mercado de inversiones del Brasil y eso lleva entonces a esa devaluación drástica del real y que se está manteniendo todavía en un nivel muy alto, para que pueda asimilar el mercado que le va llevar un tiempo”, añade.
El empresario señala que para el mes de diciembre todavía no se estará recuperado el Brasil. Algún cambio positivo se espera ya para el 2019. “Allá por el segundo trimestre que vamos a ver algo más claro. Por ahora tenemos elecciones en Brasil, en octubre, se viene el cambio de gobierno, eso trae cambios de políticas y como es grande el Brasil todo es más lento, no hay una reacción inmediata en la economía”.
Drástico porcentaje: Caída es de un 50%
La actividad comercial de CDE observa una merma muy pronunciada con relación al año anterior, donde la situación empezó a mejorar comparado con 2016. “Estamos muy por debajo de los números ideales. Continuamos adaptándonos a esa situación económica”. Ramírez señaló que en un principio fue bastante drástica la diferencia entre el volumen de facturación del 2017 y el 2018. “Creo que todos saben que la caída es de un 50%. Mis últimos informes de agosto, comparado con el mismo mes del año pasado, tenemos una diferencia negativa del 37%”, refiere el empresario. Señaló que los fuertes del comercio siguen siendo la electrónica, la informática, la perfumería, las bebidas, los relojes, entre otros. Pero mencionó que a lo largo de estos años hubo cambios importantes en algunos rubros. “En el sector informática hubo cambios en el caso de los insumos que antes era nuestro fuerte. Hoy los insumos prácticamente ya no se venden acá. Brasil copió nuestro modelo y hoy importan todos los insumos y montan sus propias computadoras”, refirió.
