“Es una frontera enorme, hay una frontera seca importante, y desafortunadamente maleantes y otras personas con malas intenciones se aprovechan de esta debilidad”, expresa.
Sin embargo, agrega, lo bueno de la relación bilateral brasileña-paraguaya es que “goza de buena salud” y esto hace que los puntos negativos constituyan oportunidades “para que nosotros busquemos soluciones comunes y cooperativas”, dice y cita en tal sentido la cooperación en la lucha contra el crimen transnacional que se está dando entre ambos países.
“Tenemos una cooperación muy fuerte con la presencia de oficiales de enlace en la Policía Nacional, ante la SENAD, también. Tenemos además una cooperación importante en el área penitenciaria. En las prisiones”, dice, particularmente, por la presencia de miembros del Primer Comando Capital y del Comando Vermelho en los centros de reclusión del país. “Esa es una cosa terrible. Nosotros sabemos muy bien de esto, lo experimentamos en carne propia en Brasil”, manifestó.
Con respecto a Pedro Juan Caballero, cuyo territorio es disputado por grupos criminales vinculados al narcotráfico, el embajador reconoce que es “es muy complicado”, lo que ocurre allí.
“Pero estamos trabajando justamente para regularizar y tornar estables a largo plazo las relaciones entre las autoridades policiales brasileñas y paraguayas”.
Agrega que en Foz de Yguazú se creó un centro integrado que reúne todas las capacidades de la Policía, Inteligencia, la Receta Federal “y esto está a disposición de Paraguay para el intercambio de informaciones”.