14 may. 2024

El trípode virtuoso

Por Antonio Espinoza, socio del Club de Ejecutivos

Semanas atrás, Alberto Acosta Garbarino describió en estas páginas los nefastos efectos de la “troika” que nos empobrece. Los tenebrosos integrantes de esta troika serían los políticos clientelistas, los sindicatos públicos y los empresarios prebendarios proveedores del Estado, que en luctuosos contubernios logran esquilmar al Estado y al pueblo de los recursos que podrían ser destinados a las inversiones sociales y de infraestructura.

Las consecuencias de esta troika son bien conocidas: un Estado carcomido por la corrupción; recursos que, destinados al alivio de la pobreza, terminan enriqueciendo a políticos y sus secuaces; y, lo más grave, una mermada tasa de crecimiento de la economía que restringe el progreso social que beneficiaría a todos, ricos y pobres.

Si hemos de encontrar un antídoto a esta troika viciosa, vale la pena considerar los factores que han impulsado el extraordinario progreso de la humanidad en los últimos doscientos años. En efecto, hasta mediados del siglo XVIII, poco había cambiado en las condiciones de vida de las personas desde tiempos prehistóricos. Para la gran mayoría de la humanidad, la vida era “pobre, desagradable, brutal y corta”, en la expresión de Thomas Hobbes.

La media mundial de expectativa de vida era 29 años. Hoy es 71 años. Las hambrunas eran endémicas aun en los países más desarrollados, y millones morían cada año por falta de alimento. La medicina, si se la puede llamar tal, era sanguinaria, cruel e ineficaz. El 95% de la población mundial vivía en condiciones de extrema pobreza. Hoy, esa cifra es menos de 10%, y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), perfectamente alcanzable, es reducirla a 0% para el año 2030.

El ciudadano medio de la mayoría de los países del mundo vive hoy mejor, con más seguridad, por más años, con más salud y mejor alimentación que reyes y príncipes de épocas pasadas.

¿Cuáles fueron los factores que permitieron, en tan corto tiempo, este asombroso avance del bienestar mundial? Son muchos, pero tres se destacan por lejos de los demás por su colosal impacto: la ciencia, la economía de mercado y el buen gobierno. Estos factores son las tres patas del trípode virtuoso que sostiene el progreso de la humanidad.

La ciencia es la pata cardinal, ya que en la ciencia y en los descubrimientos científicos subyacen casi todos los indicadores de progreso. La invención de los fertilizantes multiplicó los rendimientos agrícolas, y la invención de las maquinarias rurales facilitó la siembra y cosecha de esos rendimientos. El descubrimiento de las vacunas y los antibióticos redujo dramáticamente la mortalidad por enfermedades infecciosas. En fin, la lista de logros científicos es vasta, y su trascendencia es gigantesca.

La economía de mercado es la herramienta que permite que los frutos del avance de la ciencia lleguen a más personas, con menor costo y con mayor calidad, estimulando la innovación en un ambiente de competencia que recompensa al que produce mejor y a menor precio.

Y el buen gobierno hace que todos estos beneficios se distribuyan de manera sostenible y equitativa a los habitantes de cada país. En nuestro continente tenemos penosos ejemplos de cómo malos gobiernos, populistas e incompetentes, implementando políticas irresponsables, han logrado devastar economías con incomparable potencial de prosperidad.

A la troika viciosa se debe oponer el trípode virtuoso, fomentando la investigación y las ciencias, defendiendo la economía de mercado de los embates de monopolistas y estatistas, y eligiendo gobernantes íntegros y capaces que promuevan una democracia real y transparente, con sanas y prudentes políticas económicas.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.