La estrategia de Arnaldo era la de presentar ya en enero su candidatura a la presidencia de la ANR para después negociar con el cartismo descabalgar de sus intenciones partidarias a cambio de la presidencia de la Cámara Baja.
La intención quedó a la deriva por la suspensión de las elecciones internas debido al brote del coronavirus en nuestro país.
No obstante, su propósito de seguir negociando para presidir la Cámara de Diputados seguía intacto, pero no encontró aliados en los demás sectores.
De esta forma, el clan Samaniego se quedó con las manos vacías y debilitado políticamente. También influyó la aparente vinculación de la familia Samaniego al clan Ferreira, cuyas empresas fueron adjudicadas en una irregular licitación de adquisición de insumos para la lucha contra la pandemia y que posteriormente fueron rechazados por el Ministerio de Salud por no reunir los estándares requeridos.
En el ámbito político, los Samaniego son conocidos por estar siempre al lado del poder de turno, lo que les permite obtener espacios de poder y cargos tanto en el Partido Colorado como en el Estado y así mantener su aparato electoral con base en la Seccional 12. Asimismo, en más de una oportunidad la familia fue vinculada con supuestos negocios con el Estado. Lilian fue titular de la ANR y Arnaldo, intendente de Asunción.