Tras un proceso de seis meses de capacitación, donde se trabajó la parte humana, además de talleres de capacitación en oficios de las 49 mujeres que se presentaron, 22 lograron completar los dos años de trabajo.
Julián Candia, de la Fundación Santa Librada, señaló que ellos trabajan exclusivamente con la franja de gente de extrema pobreza y siempre con la coordinación de la Iglesia Católica.
Debido a la inclemencia del tiempo, el acto de entrega de las llaves se tuvo que llevar a cabo en el Obispado de San Pedro. El mencionado acto contó con la presencia de las autoridades de la Fundación Santa Librada, las 22 mujeres beneficiarias, quienes estuvieron acompañadas de sus familiares, el obispo Pedro Jubinville y el padre Juan Carlos Palacios.
Las 22 mujeres no ocultaron su alegría por resultar beneficiadas y agradecieron a la Fundación Santa Librada por cumplirles el sueño de la casa propia y por permitirles aprender oficios que les servirán para obtener un ingreso económico extra para la canasta familiar.
“Nadie creyó que esto sería una realidad, ni nosotros creíamos, pero tuvimos fe y trabajamos todos juntos para poder llegar a la concreción de este sueño tan anhelado de contar con un techo propio. Con la fe puesta en Dios y la Fundación, hoy mi familia ya cuenta con un techo propio”, manifestó Gladys Mascareño, del barrio Chiquitunga.
Luego agregó que “realmente estamos agradecidos a la Fundación y a la Iglesia, a la asistente social y a la sicóloga y, en especial, a la hermana Josefina, que siempre estuvieron a nuestro lado apoyándonos”.